El 25 de abril es el día en que nació YitzhakFintzi, uno de los miembros de la llamada “generación de oro” de actores búlgaros. En su camino terrenal de 91 años Yizko Fintzi dejó una profunda huella en la vida cultural, teatral y fílmica de Bulgaria. Nació en Sofía, pero su familia procede de Sarajevo. Parece que el destino le deparó ser actor ya que su padre Samuel también era actor y director de funciones teatrales de aficionados. Así Yitzhak Fintzi subió al podio en la guardería infantil donde participó en una función basada en el cuento de hadas Blanca Nieves y los siete enanos.
El camino hacia el amor del público comenzó en la Academia Nacional de Arte Fílmico y Teatral donde era parte de la clase del pedagogo teatral Prof. Stefan Sarzhadzhiev y estudió con una pléyade de futuras estrellas del podio búlgaro:
“Me preguntan por las personas que conocí allí. Se trata de personas que se convirtieron en famosos artistas y la mayoría de ellos comenzaron a trabajar en el Teatro de la Sátira donde comencé a trabajar en 1960. Estudiaba en la misma clase con Tatyana Lolova, Hindo Kasimov, Tsako Dánchev, Nikola Anastasov y Grigor Váchkov, recuerda el actor para Radio Bulgaria y cuenta:
“Con Tatyana Lolova éramos parte del mismo elenco que realizó una gira por Bulgaria que duró unos 40 días. Visitábamos distintas ciudades con un programa musical. Tocaba el acordeón y, además, participaba en un espectáculo basado en un cuento de Chéjov.
Itzko Fintzi cuenta lo siguiente sobre su primer papel en el Teatro Satírico, la pieza Chinche del director Boyan Danovski:
“Este espectáculo despertó gran interés y el propio Gueorgui Kaloyantchev había cobrado fama con su papel de Presipkin. Estábamos disfrazados con barbas, bigotes y pelo largo. Era nuestra primera actuación en el Teatro de la Sátira”, recuerda Fintzi.
Una de sus actuaciones emblemáticas es su papel de músico en el legendario concierto con motivo del 1 de mayo que organizó junto con sus colegas Rashko Mladenov, Nikoay Binev y Todor Kolev.
“En el cartel estaba escrito Obras maestras de la música clásica mundial. Éramos músicos aficionados, pero para nosotros la música era algo sagrado. Nuestras posibilidades técnicas no eran muy buenas pero nuestro sentimiento por la música era muy fuerte, tal vez éramos ridículos, pero participamos con gran deseo, como debe ser”, dice categórico Fintzi.
Hoy, a los 91 años de edad Ytzko Fintzi vive lejos del ritmo acelerado de la capital búlgara, pero sigue siendo vinculado a la vida cultural en Bulgaria. En el otoño de su vida, cuando muchas personas dejan de hacer planes, el destino ofreció a Fintzi grandes sorpresas. En 2017, 51 años después del nacimiento de su hijo Samuel Fintzi, que tiene una carrera estelar en Alemania, Ytzhak se convirtió en padre por segunda vez, cuando su esposa Lisa Boeva dio a luz a su hija Matilda. Fruto del amor entre los dos es también la plataforma digital Filizi 33 de la cual el actor habla con gran emoción:
“Soy parte de esta plataforma que recoge estudios de Lisa Boeva relacionados con la historia del arte: pintura, escultura, análisis literarios. Todo esto está presentado desde el punto de vista actual. Soy la persona que lee distintos fragmentos. Es una plataforma que ofrece enseñanza en materia de historia del arte para niños y adultos y solemos imaginarnos que las familias están frente a los ordenadores, ven las imágenes, escuchan los fragmentos y reflexionan sobre todo esto”.
La suave voz de Ytzko Fintzi suena en decenas de piezas infantiles transmitidas por la radio y en programas basados en cuentos de hadas. En su biografía artística hay decenas de papeles inolvidables en el podio teatral, en programas por la televisión, así como en algunas de las producciones fílmicas búlgaras emblemáticas. Fue homenajeado por su contribución a la cultura con una placa en la pared del Teatro 199 de la capital donde él escribió:
“¡Qué honor para mí! ¡En vida! ¡Gracias!”
Fotos: BTA
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