Lejos de las calles francesas y del olor a magdalenas de Marcel Proust, pero con el mismo estremecimiento por la búsqueda del tiempo perdido y de los recuerdos, he aquí una película que nos lleva de viaje en el tiempo, de vuelta a la emigración búlgara y al aroma a tilo.
Hace dos años por estas fechas, hablábamos por primera vez sobre el comienzo del rodaje del primer largometraje búlgaro, rodado íntegramente en los EE.UU. con un equipo mayoritariamente estadounidense: hablamos de la película “Aroma a tilo” (en búlgaro,"Aromat na lipa"), de la directora búlgara Tsvetana "Sissy" Denkova. Desde finales del pasado mes de octubre, este largometraje ya se puede ver en las salas de cine búlgaras y, desde esta semana, también se podrá disfrutar en los cines europeos. La primera proyección europea será el 15 de noviembre en el cine Mladost de Bratislava, Eslovaquia, en la clausura del Festival de la cultura y arte búlgaros. Invitada especial será Yoana Bukovska-Davidova, quien desempeña uno de los papeles principales.
Esta es la primera comedia negra de "Sissy" Denkova en la que cuenta la historia de una pequeña comunidad búlgara en América del Norte y de su compatriota recién llegado, Stefan. En el papel principal vemos a Ivan Barnev que, tras la coproducción hispano-búlgara "Vasil", puede definirse ya fácilmente como un experto en representar la imagen actual del emigrante búlgaro. En la pantalla también encontramos al actor Toncho Tokmakchiev, a Albena Koleva, Reni Vrangova e Ivan Petrushinov. Todos ellos, a principios de 2022, estuvieron rodando en Estados Unidos durante más de un mes las escenas de "Aroma a tilo".
En una entrevista especial para Radio Bulgaria, Sissy Denkova confiesa emocionada que con esta película ha querido contar la historia de toda una generación de búlgaros que abandonaron su patria hace más de veinte años. La historia una emigración distinta de la actual o de la que habrá dentro de cinco, o diez años, dice convencida la directora. “Esta película está dedicada a aquellas personas que quizás no sentían que tuvieran ante sí demasiadas posibilidades de elección”:
"Aroma a tilo" surge de mi experiencia personal, ya que crecí en una pequeña comunidad búlgara en Memphis, Tennessee, donde éramos unas 50 personas. Mi familia y yo hemos vivido en Estados Unidos durante casi 30 años, siendo parte de esta comunidad. Aquí hubo gente que vino y luego se fue, otros se quedaron por más tiempo… esta es una sociedad que se transforma con los años. Hay diferentes caracteres, diferentes búlgaros que se convierten en nuestros amigos “involuntarios”. Nos reunimos simplemente porque somos búlgaros - algo que, si estuviéramos en Bulgaria, probablemente no haríamos. Aun sin conocernos de nada, aquí somos una isla de ayuda mutua, de apoyo, de tradiciones y recuerdos búlgaros. De ahí que, por supuesto, la película trate sobre la nostalgia que sentimos todos nosotros por Bulgaria. Y sobre toda una generación de personas que viven en los EE.UU. pero cuyo corazón todavía permanece en su tierra natal. Esta comunidad es una especie de cápsula del tiempo para las personas que se fueron hace 30 años, que amaban su país pero sintieron la necesidad de buscar el éxito o la felicidad en otra parte. Sea como sea, ellos siguen añorando a Bulgaria, a los seres queridos que se quedaron allí, y a sus recuerdos. El aroma del tilo es una de esas cosas que nos transporta a nuestro pasado búlgaro".
Es precisamente esta pequeña sociedad la que se convierte en base de un guión cómico sobre la emigración y los distintos personajes que abarca.
La propia Sissy Denkova nació en Bulgaria, y creció entre las ciudades de Dobrich y Varna. Cuando tenía tan sólo 10 años, a su familia le fue concedida una Tarjeta Verde y la oportunidad de hacer realidad su sueño americano. "Era suerte, más que sueños o fantasías", así define hoy la búlgara aquel momento. Era el año 1995 y el lugar era Memphis, Tennessee.
“Memphis resultó ser un lugar muy propicio para comenzar una nueva vida con dos maletas de equipaje. Puesto que allí el nivel de vida es algo más bajo, es posible iniciar más fácilmente tu propio negocio y crear un estilo de vida un poco más tranquilo que en las grandes ciudades, como Chicago o Nueva York. Al principio éramos dos o tres familias búlgaras y era muy difícil. Hablamos de la época anterior a Internet, antes de los ordenadores personales. Escribíamos cartas en papel a nuestros familiares y amigos, y estábamos ansiosos por volver a Bulgaria durante el verano. Esos fueron, probablemente, nuestros años más duros. Cuando sentíamos con tanta fuerza ytanto dolor la separación de Bulgaria”, comparte Sissy.
Así es como aparece el segundo hilo conductor en la película y en la vida de los emigrantes: la encapsulación de una sociedad basada en la pertenencia nacional, hasta tal punto que la influencia del exterior queda excluida.
Denkova lo explica de forma sencilla: cuando estás en un lugar que no conoces y que no sabes cómo funciona, al surgir cualquier pregunta, lo que haces es llamar a la primera persona a la que conoces. En nuestro caso, normalmente eso suele ser un búlgaro que ya ha pasado por la misma peripecia. Ella misma admite que al principio el modo de vida de los estadounidenses le parecía radicalmente diferente y ajeno al búlgaro. "Su mentalidad individualista y la forma de pensar, y de verse a sí mismos y a los demás, es radicalmente diferente a la forma de pensar construida durante el régimen comunista, donde la única vía posible era ser parte de un todo común. Todo por el bien común”, reflexiona Sissy, y concluye convencida: “Eso sí, para sacar unas conclusiones objetivas sobre “ellos” y “nosotros”, deben pasar muchos años”. Es ahora cuando ella se siente ya cómoda con esta doble identidad suya.
En "Aroma a tilo" los espectadores pueden asomarse a una microcomunidad que es el símbolo de la gran comunidad búlgara que existe en todo el mundo. Sin embargo, las emociones y las preguntas que plantea la película son muy diferentes para los búlgaros que viven en el extranjero y para los que eligieron quedarse en casa. "Hasta cierto punto, en Bulgaria la película se ha percibido como un relato bastante más triste de lo que me esperaba", comenta la directora.
"Creo que los búlgaros que se quedaron en Bulgaria, ver esta historia les lleva a hacer una especie de balance de las personas que conocen y que emigraron, y de su propia decisión personal de no hacerlo. Es interesante el proceso de este balance, sobre todo hoy en día cuando no tenemos nada claro qué riesgos asumir, cuando las vidas son tan inestables. Nuestro estreno en el festival americano fue en San José - esto es Silicon Valley, al norte de California - y allí hay una pequeña comunidad búlgara que yo no conocía. Después de la proyección, la gente estaba muy emocionada y me contaba que lo que he plasmado en la película sobre la vida en Memphis, es exactamente igual de válido para San José. Me alegra mucho ver que personas en todo el mundo se reconocen en mi historia, y que hemos logrado de alguna manera, la universalidad".
Probablemente todo esto también se debe a sus cómplices americanos en esta aventura cinematográfica. Además de directora, Sissy Denkova también es coproductora de "Aroma a tilo" junto a Megan Kay Jordan. El guión fue escrito por Jordan Trippeer, quien se encuentra en el Top 25 de la Asociación Internacional de Guionistas - Guionista a Seguir en 2021. De la fotografía se encarga Paola Trulin y la música llega de la mano de Jonathan Kirkscey. La búlgara admite que trabajar con extranjeros le ha ayudado a alejarse de lo preestablecido, sin perder su característico sentido del humor balcánico. "A través de la mirada de mis compañeros, pude volver a ver esos rasgos característicos búlgaros tan positivos", comparte Sissy Denkova.
Versión en español: Alena Markova
Fotos: scentoflindenmovie.com, Twitter / Sissy Denkova /,
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