¿Demostración de una pertenencia a las élites, una decisión premeditada o ignorancia política están detrás del nuevo récord en la historia post totalitaria de Bulgaria? En el voto parlamentario del domingo 105.893 votantes marcaron en sus papeletas la opción "No apoyo a nadie". Ha resultado, sin embargo, que su elección no tiene importancia para el resultado final de las elecciones y su participación en masa quedará en la estadística de “mejor logro”, después de los 87.850 votos nulos de 2017.

La socióloga Yanitsa Petkova, de Gallup International Balkan, revela el perfil de estos electores.

“El 60% de las personas que marcaron la opción "No apoyo a nadie" son mujeres, y casi un tercio de todos quienes votaron de esta manera no tienen más de 30 años. Lo que llama la atención es que su nivel de educación es más alto y que viven en la capital o en las grandes ciudades del país. Se trata de personas jóvenes, de buena formación e inteligentes que están decepcionadas de los partidos, tienen una baja confianza en ellos pero desean participar en los procesos sociales”.

• El número de quienes votan con No apoyo a nadie crece por las divisiones en la sociedad

“Denominamos “defensores agresivos” a este grupo de personas que acudieron a las urnas y que expresaron la opinión de que ninguno de los candidatos se merece su apoyo. Habitualmente en este grupo hay subgrupos, uno de los cuales es el de las personas que no ven posibilidades y cualidades en los nombres que se les presentaron.

Además, hay ira, sigilosa o evidente, por lo que ocurre en la realidad política búlgara. Estas personas desean ser vistas, siendo activas y políticamente comprometidas, desean que su voz se oiga. Las personas que no votan y que son una mayoría en Bulgaria  son parte de lo que en nuestro estudio denominamos “La mayoría muda de Bulgaria”.

La Prof. Lidia Denkova, de la nueva Universidad Búlgara, vincula el número récord de las personas que no apoyan a nadie con las frecuentes crisis políticas que afronta Bulgaria. “Si la crisis es mayor, será mayor el número de las personas que votan de esta manera”, dice categórica ella. En sus palabras, la papeleta No apoyo a nadie no puede ser considerada como un voto de protesta. A diferencia de las personas que se quedan en casa durante la jornada electoral, este grupo acude a las urnas para votar conscientemente, señala la profesora.

“Son personas que pueden pensar de forma crítica, tienen postura como ciudadanos y sobre todo desean ver que las cosas van mejorando”, continua la Prof. Lidia Denkova. Su voto va en dos direcciones: es una acusación porque ninguna de las formaciones ha llegado al nivel para darle confianza, y es una perspectiva, es decir, está orientado al futuro. Estos electores dicen:

“En estos momentos votamos así, pero esto no significa que cada vez elegiremos No apoyo a nadie”. En las próximas elecciones, si ven que un partido se desvela por toda la sociedad, votarán a él. Así que esto es algo que regula el futuro desarrollo de todos los partidos y es sumamente útil”.

La Prof. Lidia Denkova aconseja a los políticos que se dirijan especialmente hacia esta comunidad de electores que les indica que deben cambiar, y que no conversen entre sí, sino con la sociedad porque “los problemas son mucho más amplios que sus pequeños rincones partidistas”.

Si "No apoyo a nadie fuera un partido", sería la quinta fuerza política, representada por 11 diputados en el nuevo Parlamento. La intervención del Tribunal Constitucional en 2017, cuando fue suspendido el castigo de borrar de las listas electorales a los ciudadanos que no han votado en dos elecciones consecutivas que son obligatorias según la ley, convierte esta variante de voto en un anacronismo. Es, sin embargo, una advertencia hacia los políticos búlgaros de que si después de las quintas elecciones en el marco de dos años no aprenden su lección, puede resultar que en los siguientes comicios estén detrás de este gran elefante en su tienda de vidrio, según rezan las amargas bromas que se oyen últimamente.

Texto de Diana Tsankova (basado en entrevistas del programa Horizont, de BNR)

Versión al español de Hristina Táseva

Fotos: BNR, BGNES