Las reservas para los centros invernales búlgaros van muy bien y el sector se siente animado. Bulgaria se prepara para acoger a casi 1,2 millones de extranjeros para finales de marzo de 2023, según las previsiones del Instituto de Análisis y Valoraciones en el Turismo. Tras varios años de reflujo de turistas, ahora regresan los visitantes del Reino Unido, que son el principal mercado para el turismo de invierno en Bulgaria. También hay un aumento de las reservas de clientes de Europa Central y de los Balcanes, señala Konstantin Zankov, del Instituto de Análisis y Valoraciones en del Turismo. Según él, en los próximos meses el sector se acercará a los niveles del exitoso año precovídico 2019, a pesar de la crisis económica, la inflación y el conflicto bélico en Ucrania.
Es demasiado pronto para hacer pronósticos concretos, pero el renacimiento del turismo tras los años de la pandemia es un hecho comprobado y no es válido sólo para Bulgaria. La gente de todo el mundo quiere viajar y el constante aumento de los precios no puede detenerla. Еn todo caso, las vacaciones de esquí en Bulgaria serán más caras este invierno:
"En líneas generales, se espera que el aumento de precios con respecto al año pasado en algunos de los hoteles búlgaros sea del 11% al 18%. El servicio hostelero y el turístico es un híbrido de diferentes servicios y cuando, por ejemplo, aumenta el coste de los alimentos, el combustible y los salarios del personal, es normal que también suba el precio del paquete turístico, afirma Zankov. Así que, para algunos hosteleros, la temporada será difícil porque sus costes superarán el precio del producto final. Los precios se han disparado también para los operadores turísticos. Durante mucho tiempo la gente no viajaba debido a las restricciones en torno a la Covid-19, por lo que los paquetes turísticos resultaban sumamente atractivos. Sin embargo, ahora suben los precios de los billetes de avión, los servicios de alquiler de coches, las pernoctaciones en hoteles en el extranjero. Lo mismo ocurre en Bulgaria. Por desgracia, el turismo tan rentable que desarrollábamos durante la pandemia ya ha terminado".
Por esta razón, los viajeros por el mundo están dispuestos a gastar más a cambio de una calidad más alta y más atracciones. En Bulgaria, cuando hablamos de turismo de invierno, la gente se imagina esquiar y hacer snowboard en Bansko, Borovets y Pamporovo, pero estas experiencias no son todo lo que podemos ofrecer, está convencido Zankov. "Tenemos turismo de invierno en un entorno urbano, tenemos hoteles SPA y welness donde la mayoría de las habitaciones están ocupadas en estos momentos. Ofrecemos turismo cultural y educativo en ciudades más pequeñas, así como formas alternativas de ocio", dice el experto en turismo y especifica:
"La tendencia es diversificar los paquetes, hacer atracciones para los propios viajeros para que puedan degustar comida y bebidas locales. Las damas pueden disfrutar de unas vacaciones de SPA mientras sus maridos esquían, tenemos diferentes talleres para niños en los propios hoteles que crean una experiencia para toda la familia y también tenemos muchos itinerarios culturales y turísticos junto con los programas estándar. La idea es que el viajero lo pruebe todo y se sienta tentado para ver más, para que vuelva a Bulgaria a disfrutar de otras formas de ocio", concluye Konstantin Zankov.
Versión en español de Borislav Todorov
Foto: BGNES, archivo
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