Bulgaria es el único país de la UE sin haber adoptado medidas de emergencia en el sector de su industria cinematográfica. Así lo señala un estudio del  Observatorio para Economía de la Cultura. Según los datos, los ocupados en la industria del celuloide se han reducido en unas  400 personas, haciendo retroceder al país a los niveles del año 2016. Han bajado casi cinco veces el valor añadido y la facturación en la exhibición y distribución de películas. Además, el cine búlgaro no ha logrado asimilar el subsidio que tenía asignado para proyectos cinematográficos y devuelve a las arcas del estado la cuantía de casi 5.500.000 euros. Todo lo anterior mueve a varios expertos del citado Observatorio a calificar 2021 de año cero para el cine búlgaro.