El sábado antes de Pentecostés los cristianos ortodoxos en Bulgaria rinden homenaje a la memoria de los difuntos.
El pueblo búlgaro relaciona este día con las cerezas, que son una de las frutas de temporada que se suele poner en los platos, junto con otros alimentos como trigo hervido, pan, pasteles y vino, que se llevan al cementerio después de la misa de Difuntos, donde se reparten entre familiares y vecinos o se regalan a la gente que pase cerca de la tumba con las palabras “¡Dios perdone a los muertos!”. Este día los creyentes no se dedican a las labores del hogar sino dirigen sus pensamientos a quienes han pasado a otra vida.
En el calendario de la Iglesia Ortodoxa Búlgara hay tres importantes días de difuntos, que se celebran los sábados antes de la Cuaresma, antes de Pentecostés y antes del Día de san Miguel Arcángel.
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