La pandemia ha traído de necesidad de cambios sustanciales en la agenda de la sociedad búlgara. La saturación del sistema de salud del país a consecuencia del creciente número de pacientes y sanitarios infectados por Covid−19 imprime una orientación nueva también a los comentarios políticos.

Si en la pasada primavera se vivía con la sensación de que las medidas en Bulgaria eran oportunas y hasta anticipadas, ahora crece cada vez más el número de los analistas que señalan que las instituciones búlgaras van por detrás de los acontecimientos y auguran consecuencias graves tanto para la salud de la población como para la economía del país. Y como en el adagio que reza que “la suerte de quien se ahoga está en sus propias manos”, se nos recuerda sin cesar que es responsabilidad de todos y cada uno respetar las medidas antiepidémicas para que se reduzca la presión sobre los centros sanitarios y los médicos y se soslaye el colapso del sistema de Salud Pública. Así, hasta los organizadores de las protestas antigubernamentales, que duran ya 116 días consecutivos, han resuelto alterar la forma del descontento suspendiendo las manifestaciones diarias.

“Debemos conservar la capacidad de los médicos y enfermeras búlgaros de afrontar la oleada de contagios. Damos este paso movidos por el respeto a nuestros salvadores de batas blancas y con nuestro repudio al poder de la mafia. Consideramos como una hipocresía ponerse a criticar el maltrecho sistema sanitario y, al mismo tiempo, propiciar el riesgo de infectar a alguien. El poder recela en asumir esta responsabilidad porque será blanco de acusaciones políticas y así irá bajando aún más su credibilidad. Por eso somos nosotros quienes asumiremos la responsabilidad”, ha resaltado el abogado Nikolay Jadzhíguenov, del llamado Trío Tóxico, motor de las protestas.

“La opinión pública ha despertado, y nadie soñaba con este despertar el pasado mes de marzo”, ha dicho en entrevista con Radio Nacional de Bulgaria el escritor Zajari Karabashlíev, quien algún tiempo atrás estampó su firma al pie de una carta abierta reclamando la dimisión del premier Boyko Borisov, el fiscal general Iván Gueshev, el director general de Televisión Nacional de Bulgaria, Emil Koshlukov, el presidente de la Comisión de Cultura y Medios Informativos del Parlamento, Vezhdí Rashidov, y de la presidenta del Legislativo, Tsveta Karayáncheva. El escritor ha opinado que a estas alturas ya está claro que no habrá comicios anticipados:

”Para mí personalmente, las protestas concluyeron el pasado 2 de octubre y era así lo correcto. Conviene que ahora cada uno llegue a casa y se vaya preparando para las elecciones, para mantenerse despierto el día de los comicios. Ya no hacen falta más protestas. No hace falta que la gente esté afuera pasando frío y propagando infecciones. Ha resultado que el poder es más resistente que las protestas espontáneamente organizadas”, ha comentado contundente el escritor, confesando que al comienzo de las protestas había llegado a creer inevitables las elecciones anticipadas.

“Lo más lógico es que haya elecciones en marzo de 2021”, ha expresado ante esta emisora el periodista de televisión Sasho Dikov, si bien ha agregado no descartar que en un momento u otro el primer ministro Boyko Borisov pueda dimitir:

”Durante años, el carisma excesivo de Boyko Borisov y sus habilidades de hombre del pueblo le granjeaban simpatías, pero en las recientes grabaciones ha salido a relucir su imagen repugnante −ha señalado Dikov, analizando la situación en el marco del espacio Políticamente incorrecto− . Si contáramos con una Fiscalía, este hombre llevaría ya tiempo apartado de la política, estaría entre rejas. Sin embargo tiene suerte, pues en Bulgaria no tenemos una Fiscalía. También tiene suerte en que no hayan aparecido fuerzas opositoras a las que la gente reconozca como una oposición a Borisov”.

Sasho Dikov además no descarta que Boyko Borisov pueda triunfar una vez más en las elecciones.

”Sean las elecciones ordinarias o anticipadas, la era Borisov ha terminado”, ha comentado para Radio Nacional el Gen. Atanás Atanasov, copresidente del partido Bulgaria democrática. A su juicio, las tramas de corrupción de envergadura en el período del gobierno del GERB han llegado a sumar más de 70, mientras las instituciones en el país se muestran inactivas.

”Para que se cumplan determinadas medidas, las población debe confiar en el poder. ¿Qué clase de medidas se podrán aplicar si la población desconfía de este Gobierno? Esta crisis es una amenaza para la seguridad nacional de Bulgaria ya que peligra la vida de los ciudadanos búlgaros. La reacción adecuada por parte del Estado debería ser una reacción similar a la que se produce cuando es amenazada la seguridad nacional, y es que yo no vislumbro estos elementos”, ha agregado contundente el Gen. Atanás Atanasov.

Recopilado por Elena Karkalánova en base a entrevistas para Radio Nacional de Bulgaria

Versión en español por Mijail Mijailov