En verano, los humanos aparentemente nos olvidamos de nuestro instinto de conservación receptivos a los rayos del sol, las caricias de las olas del mar y los placeres. A menudo nos descuidamos de protegernos a nosotros mismos, de vigilar nuestras pertenencias empeñados en beber a manos llenas de las delicias de una temporada que echaremos de menos hasta el próximo verano. Así, en un abrir y cerrar de ojos, al bajar la guardia, uno puede acabar herido, sin dinero, sin documentos, abandonado en medio de la nada.

Al vernos metidos en una situación crítica, los búlgaros cuentan con mayor número de posibilidades para solicitar ayuda, al menos porque hablan la lengua del país, su idioma materno. Pero ¿qué debe hacer un extranjero al verse despojado de medios y sin contar siquiera con teléfono para pedir consejo a la embajada de su respectivo país?

“Si se trata de turistas de viajes organizados, sus operadores turísticos tienen contactos con nosotros y saben cómo proceder −explica a Radio Bulgaria el inspector jefe Zhivko Daskalov, jefe de la Dirección Regional de la Policía de Sozópol− .

Incluso si nos son organizados, el personal de los hoteles en que se alojan tiene bien claras las formas para avisarnos. En cualquiera de los casos, por ejemplo, en el de extravío de DNI, la Dirección Regional registra la denuncia y extiende un certificado con el cual los turistas afectados por tal pérdida podrán abandonar fácilmente Bulgaria al presentar este comprobante en la frontera. Algunas embajadas cuentan con representaciones a nivel local y también tienen derecho a extender tal documento. Sin éste, las personas faltas de su DNI no podrán irse de Bulgaria”.

Las denuncias más comunes que llegan a las direcciones regionales del Ministerio del Interior se refieren a extravíos o robos de dinero y documentos. La sustracción de pertenencias personales es también uno de los delitos más frecuentes, y estos casos ocurren más en los viajes en autobús y menos, en las habitaciones de hoteles. El inspector jefe Daskalov dice que ya no son usuales los robos en la propia franja playera debido a la videovigilancia y la guardia las 24 horas del día en las playas regentadas en concesión. ”Los cacos se han ido para las instalaciones hoteleras y las ciudades”, agrega el inspector de Policía.

A medida que ha ido bajando el número de los turistas por la epidemia de coronavirus, también han mermado los delitos en los centros vacacionales a orillas del mar. Las transgresiones comprobadas hasta el momento son principalmente las de posesión de drogas, conducción en estado de ebriedad o tras el consumo de estupefacientes.

¿Saben los veraneantes protegerse o han perdido la sensación de control?

“Quienes andan más descontrolados son los jóvenes, pese a que les prodigamos instrucciones a través de los turoperadores; también estamos repartiendo folletos –dice el inspector Zhivko Daskalov–. El abuso de las bebidas alcohólicas es para estos jóvenes el motivo principal para que sean víctimas de delitos o pierdan objetos de sus pertenencias”.

El jefe de la Dirección Regional de la Policía de Sozópol asevera que ninguno de los veraneantes extranjeros se quedará abandonado ni sin asistencia en los duros trances que pueda vivir. En algunas de las direcciones de la Policía Nacional hay intérpretes y, además, el grueso de los agentes de policía se defiende bien en inglés. Si se trata de otro idioma de menor popularidad, se busca la colaboración de los turoperadores y las Embajadas.

“El único consejo que les puedo dar a los turistas extranjeros es que se mantengan un poco más vigilantes y sean más responsables con respecto a sus pertenencias y sus documentos, incluso en la playa, y no dejarlos sin control. Además, cuando salen del hotel, que no se lo lleven todo encima. Esto es lo fundamental”, concluye el inspector policial de Sozópol.

Versión en español por Mijail Mijailov

Fotos: BGNES, archivo