Ya desde la remota Antigüedad las tierras de Bulgaria eran famosas por sus manantiales de aguas curativas cuyo impacto benéfico era apreciado por más de un emperador romano. También en la época moderna Bulgaria forma parte de los países primordiales en Europa por sus fuentes de aguas de manantial minerales, termales y naturales de calidad excepcional tanto como potables como para el tratamiento de multitud de dolencias.
Más de medio millar de fuentes termales de temperaturas de sus aguas que oscilan de 37 a 100 ºC, aire límpido, naturaleza cautivadora, clima benigno, comida sabrosa y precios accesibles conforman el atractivo conjunto de condiciones que atraen a los turistas extranjeros decididos a pasar sus vacaciones en este país. Lamentablemente, este verano, planear las vacaciones largamente acariciadas se convierte en tarea con dificultad aumentada debido a la pandemia de coronavirus que ha abocado al sector turístico a una prueba de consecuencias imprevisibles.
No obstante ello, aunque lentamente, el sector turístico reanuda su funcionamiento, planteándose motivar a los búlgaros a pasar sus vacaciones en la patria. ¿Cómo repercutirá, empero, la ausencia de turistas extranjeros en el turismo SPA de Bulgaria y en qué forma se compensarán las pérdidas? Síyka Katsárova, presidenta de la Unión de Balneología y de Turismo SPA de Bulgaria espera que los mercados extranjeros comiencen a animarse paulatinamente.
”El turismo SPA en el interior del país depende íntegramente no sólo del mercado búlgaro, sino también del de Israel −dice− . En verano, los balnearios de Devin, Jisarya y Kyustendil atienden básicamente a turistas de Israel, pero ahora este mercado no ha recibido aún autorización y los primeros turistas no llegarán antes del 1 de agosto. Importa resaltar, además, que este año los turistas mayores no viajarán. Según información facilitada por los turoperadores, en 2020 se descartan las sesiones de prevención y rehabilitación de personas mayores de más de 70 años de edad”.
Si llegan turistas israelíes a Bulgaria, serán más bien personas jóvenes o matrimonios de hijos de corta edad, que no forman parte del grupo de riesgo. Sin embargo, estos turistas no serán capaces de compensar las pérdidas del sector.
”Los hosteleros este año trabajarán con capacidad reducida y esto lo tienen bien claro −comenta Síyka Katsárova− . Las exigencia apuntan a que la respectiva habitación hotelera sea despejada y desinfectada y que en las 24 horas posteriores a la desinfección no sean alojados en ella nuevos huéspedes. Todo el mundo está consciente de que trabajará con pérdidas. Ojalá puedan llegar al cero crítico de tales pérdidas y se pueden congratular con una temporada de éxito”.
Sin la ayuda del Estado y de programas proyectadas al turismo, muchos empresarios del sector turístico búlgaro no sobrevivirán, está convencida Síyka Katsárova. Por esto las medidas propuestas por el Ministerio de Trabajo y Política Social para apoyar el empleo revestirán especial importancia, ya que se espera que gracia a ellas puedan mantenerse una serie de puestos de trabajo en las regiones en que el turismo es forma de sustento principal. Según Síyka Katsárova, los hoteles en Bulgaria son recintos seguros para la estancia y las vacaciones a plenitud en los cuales rigen reglas rigurosas para las sesiones terapéuticas y el uso de las instalaciones.
”El personal trabaja usando obligatoriamente mascarillas, los centros de SPA son desinfectados conforme un protocolo de prevención, y esto se aplica asimismo a las piscinas −precisa Katsárova− . Los baños a vapor están cerrados, los cuartos de sal y los baños turcos sólo se permiten para el uso individual, y sólo entra en la piscina de agua termal un grupo determinado de personas. La distancia entre las tumbonas es de al menos un metro y medio, y a los clientes se les aconseja llevar mascarilla en determinadas sesiones de terapia. Las restricciones son bastantes pero se han impuesto en el interés de los clientes”.
El año pasado, Bulgaria fue incluida en la lista de las compañías de seguros sanitarios del mercado alemán del Seguro Sanitario. El objetivo apunta a que se consiga un aumento de los turistas alemanes en las instalaciones balneológicas y SPA de Bulgaria. Su número estimado para 2020 es de unos 5.000, pero Síyka Katsárova se muestra escéptica de que se pueda llegar a esta cifra, aunque los alamanes suelen llegar a Bulgaria principalmente en otoño.
Versión en español por Mijail Mijailov
Fotos: BGNES, Ani Petrova
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