En octubre se efectuará en Albania un censo de la población en el cual participará asimismo la comunidad búlgara en ese país. ¿Conseguirán nuestros compatriotas manifestar libremente su pertenencia étnica para que ésta quede correctamente recogida en los documentos administrativos? Es una cuestión cuya respuesta favorable dependerá más que nada de la diplomacia búlgara.

Los búlgaros en Albania llevan ya tres años disfrutando del estatuto de minoría étnica. No obstante ello, entre los observadores se cuelan recelos de que los datos en las tarjetas de inscripción durante el censo podrían ser tergiversados.

”Nos topamos con un problema similar durante el censo experimental en febrero del año en curso −dice Spas Tashev, del Instituto de Estudio de Población y Humanos, adscrito a la Academia de Ciencias de Bulgaria− . En aquella occasion, los miembros de las comisiones se vieron influenciados por Skopie y en la zona de Mala Prespa sólo se registró un búlgaro, pese a que muchas personas habían manifestado ante nosotros que se habían declarado como búlgaros”.

La vicepresidenta de Bulgaria, Ilyana Yótova, también ve peligro de que el resultado real pueda ser escamoteado. ”Existe un riesgo grave de que las personas que se autoproclamen como búlgaras no sean señaladas como tales”, ha expresado Yótova en una reunión del Consejo para los Búlgaros Residentes en el Extranjero. A su juicio, en vísperas del censo se está notando una presión agresiva por parte de Macedonia del Norte porque los habitantes de las regiones de Golo Brdo, Mala Prespa y Korca queden anotados como macedonios.

No es la primera vez que esto ocurre. Tras el censo de 2011, un equipo de la Academia de Ciencias de Bulgaria, que estudiaba las propensiones migratorias de las comunidades búlgaras, dialogó con personas que en sus tarjetas cuestionario se habían declarado búlgaros. ”Sin embargo, si nos fijamos en los datos oficiales, comprobaremos que en Albania en ese período no hubo ningún búlgaro que se autoproclamara como tal”, resalta Spas Tashev, volviendo a poner el ejemplo de la región de Mala Prespa, donde hay una minoría macedonia reconocida desde 1944 y en la cual, con la asistencia del poder local bajo la influencia de Skopie, los miembros de la comisión del censo alteraron los datos de las tarjetas de inscripción.

Los búlgaros que residen en Albania se remontan ya a la época del Primer Imperio Búlgaro (681–1018), y en la actualidad sus descendientes se encuentran asentados en 33 núcleos poblacionales. A finales de la Primera Guerra mundial, cuando el país quedó dividido en República Albanesa de Korce bajo el gobierno miliar provisional de Francia, y Albania Central y Septentrional bajo el gobierno de Austria–Hungría, se efectuó un censo de la población y se comprobó una existencia acentuada de búlgaros de unas 9.000 almas en total. Y en el censo de 1942, época en que Albania estaba bajo la ocupación de Italia, incorporando en sus ampliadas fronteras a Kosovo y Macedonia Occidental, 70.000 personas se autoproclamaron de conciencia étnica búlgara.

“Según los datos estadísticos, el número de las personas en Albania que hoy día hablan búlgaro como lengua materna es de unas 50.000 −señala Spas Tashev− . Sin embargo, esto no significa que todas ellas se vayan a autodefinir como búlgaras. Es que el desenlace del censo estará pendiente tanto de la política búlgara como de la postura de Macedonia del Norte con respecto a esta población, que, para contactar con Bulgaria, debería cruzar por su territorio”.

Importa mucho que la diplomacia búlgara insista ante las autoridades albanesas en que se ejerza un control riguroso para que Macedonia del Norte, como tercer país, no pueda injerir en los resultados del censo, ya que tales intentos se están haciendo en la actualidad, resalta el experto.

”Si hablamos de los problemas generales en los Balcanes, habremos de colocar en primer término los procesos de asimilación –recalca resumiendo Spas Tashev– . En Macedonia del Norte, país en que existe el mayor número de gente de origen búlgaro, este proceso de asimilación se encuentra en su fase más avanzada. En Serbia la situación tampoco es buena, y la cifra de los búlgaros residentes en las zonas extremo–orientales de ese país quizás vaya a descender por debajo de los 10.000 en el próximo censo, pese a haber ascendido en 1946 a más de 60.000. Los procesos de asimilación de la población búlgara en los Balcanes presentan su más débil manifestación en Albania, donde la lengua, la conciencia étnica y la cultura búlgaras han logrado ser transmitidas de generación a generación. Creo que aún se está a tiempo y que seremos capaces de proponer iniciativas educativas tales que resulten de utilidad para la diáspora búlgara ya dispersa en medio de una población de lengua foránea”.

Versión en español Por Mijail Mijailov