La juventud búlgara no es socialmente apática o radicalizada, pero es cada vez menos segura en lo que se refiere a sus perspectivas en distintos ámbitos de la vida. Lo anterior ha trascendido de un estudio entre jóvenes búlgaros que un grupo de científicos organizaron con la ayuda de la Fundación Friedrich Ebert como parte de un estudio europeo en 11 países en el sudeste de Europa. 

En palabras de los analistas, el estudio sobre los ánimos de los búlgaros de 14 a 29 años de edad es un gran reto a causa del hecho de que este grupo de la población no es homogéneo, sino que contiene dos o tres generaciones que no tienen casi nada en común. A pesar de esto el estudio realizado entre 9 mil personas esboza un cuadro interesante.  

“Si hay una buena noticia esta es que la juventud búlgara en su grueso no es antidemocrática, ni antieuropea, ni es socialmente apática o radicalizada, explica el politólogo Boris Popivanov durante la rueda de prensa para la presentación de los datos de la encuesta. Se nota una inseguridad cada vez mayor entre los jóvenes que se sienten menos seguros en cuanto a las perspectivas en distintas esferas y hay un individualismo cada vez más fuerte a expensas del colectivismo. En tercer lugar, está la desconfianza y el escepticismo respecto a todo en la vida, como las instituciones, e incluso a la generación a la cual pertenecen”. 

Existe una tendencia a un mayor pragmatismo desde el punto de vista no tanto del desarrollo de la carrera profesional o la vida personal, sino en lo que se refiere a las soluciones operantes en un momento concreto. Las decisiones se toman en el último momento y todas las puertas posibles se dejan abiertas, lo cual deja en segundo plano el diseño de planes consecutivos para una carrera profesional. El sociólogo Parvan Simeonov llama la atención al aislamiento social, la vida en el gueto y el acceso desequilibrado a finanzas y calidad de vida: problemas con los cuales los búlgaros jóvenes chocan en su día a día.  

“Se sigue posponiendo el momento en el cual los jóvenes se deciden a ser padres y a abandonar la casa de sus padres. Lo preocupante es que uno de los factores para posponer es el financiero. Me gustaría presar atención al modelo de una familia con dos hijos que es el preferido por el 64% de los encuestados. Esta preferencia es más bien declarativa. La práctica demuestra que se retoma el modelo de familias de un hijo. Son factores que impactan las dimensiones de la situación demográfica en que se encuentra el país”.  

Las 9 000 personas encuestadas responden a varias preguntas relacionadas con temas como educación, movilidad, intención de emigrar, disposición a participar en iniciativas civiles y voluntariado, intenciones de formar una familia, etc. La juventud está cambiando, constata el sociólogo Stefan Gueorguiev. 

“Desde 2019 cuando fue publicado el informe del estudio anterior, parece que pasaron varias épocas históricas a quinta velocidad, entre guerras, pandemia y, en el contexto del estudio búlgaro, una serie de gobiernos e inestabilidad política. Podemos decir que tenemos un elevado interés hacia la política como un tema, pero esto no significa que los jóvenes votan con mayor frecuencia, todo lo contario son escépticos y una de las causas es que no ven que la élite política actual defienda sus intereses políticos, esto se ve muy claramente de los datos”.

Entre los temas analizados está la actitud hacia los juegos de azar, un tema que aparece de manera cada vez más palpable en la agenda del día como consecuencia de las publicidades sobre el tema. Se han constatado tendencias preocupantes: 

“Tengo que decir que no pudimos plantear una pregunta concreta sobre el tema porque nos dimos cuenta de que una gran parte de los jóvenes no reconocerían que participan en estas actividades, explica Stefan Gueorguiev. Por esto les formulamos la siguiente pregunta: “¿Aproximadamente qué porcentaje de conocidos, coetáneos y amigos suyos participan regularmente en un tipo de juegos de azar?”. Lo que vemos como resultado es lo siguiente: el 5% responde: “Todos mis coetáneos y amigos participan regularmente en juegos de azar”, otro 17% dice: “Una gran parte de amigos y coetáneos míos participan regularmente en juegos al azar”. Sobre la base de estas afirmaciones podríamos decir que se trata de una práctica en masa”.

No es menos preocupante la causa que los mueve a ocuparse de juegos de azar. “De esta manera puedo ganar dinero en vez de buscar trabajo”, es la respuesta más frecuente que dan.

Los analistas tienen bien claro que este problema social tiene que ver con un interés financiero muy significativo que necesita un tipo de regulación. Cómo debe ser esta regulación y quién debe aplicarla son preguntas que todavía no tienen sus respuestas.

Fotos: BGNES, Savina Spasova (BNR), BTA

Traducido y publicado por Hristina Táseva