En horas avanzadas de la tarde del 28 de marzo ha sido anunciado que Ekaterina Zajarieva, ministra búlgara de Exteriores, había dispuesto convocar a este ministerio a Hasan Ulusoy, embajador de Turquía en Sofía, en relación con una declaración del ministro turco de Exteriores, Mevlut Çavusoglu,de que Ankara habría injerido en la confección de las enmiendas a la Ley de Cultos Religiosos en Bulgaria. Zajarieva ya había discutido el problema en conferencia telefónica con su homólogo turco, y el centro de prensa del Ministerio había expresado que: “Bulgaria no puede aceptar injerencia de una potencia extranjera en su proceso legislativo y tal inherencia no ha sido admitida”.
Se ha producido después una petición del partido VMRO, integrante de la coalición gobernante en Bulgaria, de que la ministra búlgara de Exteriores comparezca ante el Parlamento de Bulgaria para hablar sobre el tema. Respecto a este caso existe no sólo una elevada sensibilidad política, sino también otra, pública, siendo sendos testimonios elocuentes de esta última algunos titulares en la prensa nacional búlgara como: “Bulgaria cambia, a petición de Turquía, su Ley de Cultos Religiosos” (diario “Sega”)y “Ministro turco se jacta de haber triunfado frente a Bulgaria, impidiéndole prohibir el dinero de Ankara destinado a los musulmanes” (diario 24 Chasa).
Vale la pena destacar la circunstancia de que la propia Oficina del Mufti en Bulgaria ha celebrado los cambios legislativos aprobados. Éstos no sólo permiten deferir las deudas del culto musulmán que tiene con el Estado búlgaro en 10 años vista, sino que le dejan la posibilidad de recibir además de una subvención del Estado, una financiación del exterior.
La tirantez ha surgido y crecido días antes de celebrarse las elecciones municipales en Turquía y en un momento de tensa situación preelectoral en Bulgaria de cara a las elecciones al Parlamento Europeo, dentro de poco menos de dos meses. Siempre en medio de una situación preelectoral, hace dos años, en marzo de 2017, en vísperas de las elecciones parlamentarias en Bulgaria y del referendo en Turquía, Sofía convocaba para consultas a Bulgaria a Nadezhda Neynsky, embajadora búlgara en Ankara, por las declaraciones de un ministro turco en respaldo a cierto partido búlgaro, consideradas como injerencia en los asuntos internos de Bulgaria. El día en que se convocaba a la ministra, un alcalde en el Suroeste de Turquía exhortaba a los emigrados búlgaros en ese país a votar el 26 de marzo de manera tal que los turcos en Bulgaria se hicieran más poderosos , y su lengua, oficial. En aquella ocasión varios observadores políticos comentaron que “el crecido desparpajo de personalidades oficiales y extraoficiales turcas frente a la soberanía de Bulgaria” había provocado una serie de contramedidas por parte de las instituciones búlgaras.
En agosto de 2013 provocó un episodio de fuerte tensión una visita informal del viceprimer ministro turco, Bekir Bozdag, respecto a la cual, el Ministerio de Exteriores de Bulgaria recibió una notificación únicamente de la Embajada de Turquía en Sofía y a la cual no tuvieron acceso periodistas búlgaros. En aquella ocasión, el viceprimer ministro turco manifestó que “los monumentos arquitectónicos de la época del Imperio Otomano en Bulgaria se encuentran en estado deplorable y Ankara pedirá la posibilidad de cuidar de los mismos”. En relación con ello, el entonces ministro búlgaro de Cultura, Petar Stoyanovich, expresó que el problema relacionado con los bienes raíces musulmanes de aquella época había sido zanjado entre el Reino de Bulgaria y el Imperio Otomano ya en el año 1909 y así el asunto había quedado cerrado.
La frecuencia con que se producen los episodios de tirantez entre Sofía y Ankara no es elevada, pero la agudeza y la alta sensibilidad pública que provocan les imprimen una fuerza capaz de generar perturbaciones graves en las relaciones bilaterales de por sí buenas. El episodio más reciente se encuentra aún en fase de evolución y sus consecuencias efectivas irán siendo ponderadas en lo sucesivo.
Versión en español por Mijail Mijailov
La jornada electoral en Frankfurt está transcurriendo con calma, según ha declarado ante Radio Bulgaria Katya Zlatkova, que forma parte de una comisión de colegio electoral local. Ella ha señalado dos factores que dificultaron un poco el voto, los cuales..
Suman decenas de miles los búlgaros que viven en Argentina. Lamentablemente no se ha hecho una estadística exacta de su número, pero según distintas fuentes varían de 50 000 a 150 000 personas. Parte de ellos son emigrantes de la nueva ola que se..
Uno de los 16 colegios electorales situados en el corazón de Europa - Bruselas - ha registrado una altísima participación electoral en las horas del mediodía. Hasta el momento, ya son 334 búlgaros (sobre las 15:00 h, hora búlgara) los que han..