Quince años después de la reunión mantenida en Salónica entre la UE y los Estados de los Balcanes Occidentales, el jueves, 17 de mayo, se ha celebrado otra cumbre de idéntico formato. Ya desde el año pasado esta conferencia a máximo nivel estaba siendo esperada con grandes expectativas, por unos, y con escepticismo, por otros, debido a la participación de Kosovo, estado no reconocido aún por España, Grecia, Chipre, Eslovaquia y Rumanía. Son contradictorios los comentarios ahora tras la cumbre de Sofía. Así, los optimistas celebran el hecho de que con esta cumbre la incorporación de los Balcanes Occidentales vuelva a ser tema de actualidad en la agenda de la UE. Los escépticos aseguran que esta conferencia hasta ha sido decepcionante, puesto que hace 15 años en Salónica se habían hecho referencias a una perspectiva europea de los Balcanes Occidentales con la expresa mención de que éstos se transformarían en parte indisoluble de la UE, en tanto que ahora se ha hablado de una perspectiva europea sin señalar parámetros ni fechas concretas, pese a que algunos de los Estados de la región han avanzado ya por el camino hacia la UE e, incluso, están celebrando negociaciones de preadhesión.
De hecho, constituye un éxito la propia actualización de la perspectiva europea ante los Balcanes Occidentales tras una congelación prolongada de las ideas sobre una nueva ampliación comunitaria. La cumbre en Sofía entre la UE y los Estados de esa porción de Europa ha avalado, además, que el tema seguirá presente en la agenda europea. Sebastian Kurz, canciller federal de Austria ha manifestado expresamente que, como presidente de turno subsiguiente del Consejo de la UE, a partir del 1 de julio, su país, tal y como lo está haciendo Bulgaria, seguirá apoyando a los Balcanes Occidentales en su camino hacia la UE. La parte croata se ha comprometido a organizar una nueva cumbre de la UE con los países de la región durante su presidencia rotatoria en el año 2020, y el presidente del PE, Antonio Tajan, ha declarado que esta institución respaldará la prioridad balcánica en la política de la UE.
Los participantes en la cumbre han evitado fijar plazos para la integración europea de los Estados balcánicos y lo han explicado, a rasgos generales, con la necesidad de que queden cumplidos determinados requisitos. Con franqueza extraordinaria, la canciller alemana Angela Merkel, ha destacado que “hoy no hablamos de una ampliación, sino de la concesión de una perspectiva europea a los Balcanes Occidentales”. Tras expresar que la posibilidad recientemente señalada por la CE para el acceso de los Balcanes Occidentales en el año 2025 no resulta realista, Merkel ha dado a entender que las exigencias a los países candidatos a la adhesión no son fáciles y que su cumplimiento llevará más tiempo. Los criterios que hay que cumplir de cara a ingreso en la UE se relacionan, básicamente, con la supremacía de la ley, el estado del poder judicial, la corrupción y la delincuencia organizada, la existencia de problemas graves y contenciosos pendientes entre los distintos países de la región. En vez de problemas y disputas, lo que la UE espera es una conectividad transportista, energética, digital, educacional y económica entre los Estados de los Balcanes Occidentales, actuaciones eficientes en el terreno de la seguridad, la migración y la lucha contra el crimen organizado, la materialización de reformas institucionales y garantías para la supremacía de la ley.
Según los escépticos, las expectativas de la Presidencia búlgara del Consejo de la UE, depositadas en la cumbre de Sofía, no se han justificado y ésta no ha tenido una contribución sustancial. Sin embargo, la mayoría de los comentarios son de signo opuesto y coinciden en señalar que la cumbre sí ha sido un éxito. Tal es asimismo el tenor y el sentido de la valoración general, expresada al término de la cumbre por Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo, quien ha dicho que “no ve otro porvenir para los Balcanes occidentales que no sea el porvenir europeo” , pero ha precisado que queda aún mucho trabajo por cumplir por estos Estados. Como un beneficio directo para Bulgaria de la cumbre de Sofía, Boiko Borisov, primer ministro de este país, ha señalado la firma de varios acuerdos, incluido el de conexión gasístico entre Bulgaria y Serbia. A juicio del primer ministro, tras la cumbre UE-Balcanes Occidentales, todos los participantes se han ido con la conciencia clara de que, con los actuales y grandes problemas geopolíticos, la única salvación para la UE reside en su unidad y en ella se basa su fuerza.
Versión en español por Mijail Mijailov
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