Dos búlgaros, Anton Puliiski, de “Drone ARENA” y Filip Panayotov, de la Universidad Técnica de Sofía junto con Serguéi Reshetinski, estudiante ucraniano en la Universidad “Anguel Kanchev” de Ruse han triunfado en el Festival Juvenil Internacional de Creatividad Científica y Técnica “Del tornillo”, celebrado por primera vez en Bulgaria. El foro transcurrió del 27 al 29 de abril del año en curso en Sofía, bajo el patrocinio del jefe de Estado de Bulgaria, Rumen Radev. Los inventores jóvenes han presentado más de un centenar de elaboraciones científicas agrupadas en varias categorías temáticas: aviación, construcción naval, robótica e innovaciones para la vida urbana.

El festival “Del tornillo” tiene trece años de historia en Rusia y, además de en Bulgaria, ya se ha organizado en Vietnam, la India y China. Se propone incentivar el interés de las personas jóvenes por las ciencias naturales e ingenieriles. Los vencedores en el festival de Sofía presentarán sus modelos en las exposiciones aeroespaciales internacionales en Rusia “HeliRussia” y MAKS. Los participantes búlgaros de más corta edad tenían 8 años y eran del grupo para Lego robots “Robo Burborco”, de la ciudad de Kazanlak. El interés por el festival ha sido enorme”, dice Yana Nencheva, secretaria general del “Foro de Aviación y Espacio”.

En el marco del apartado de ciencia y educación del festival impartieron conferencias profesores destacados de las universidades técnicas de Rusia y Bulgaria, se organizaron clases de maestría para estudiantes, se visionaron películas de divulgación científica, se hicieron demostraciones interactivas de experimentos científicos.

Nikolay Kalaydzhiev, piloto e integrante del jurado, ha premiado con un vuelo al inventor joven Yavor Jristov por su prototipo de avión solar “TwinRey Solar Aircraft”.



Neven Boyanov, de la ciudad de Veliko Tirnovo, presenta el proyecto “Tinusaur” diciendo:

Se trata de un sistema destinado a alumnos y universitarios que les permite estudiar electrónica y robótica de una manera muy divertida y fácil. Es un trabajo conjunto de un equipo de doctorandos de la Universidad de Veliko Tirnovo, por colegas de las firmas que nos ayudan, por alumnos y universitarios. Mostramos cómo con componentes electrónicos, programándolos, somos capaces de crear un juego y cosas más complejas. En toda Bulgaria, no sólo en Sofía, hay escuelas especializadas muy buenas en las que se enfatiza en el estudio de las matemáticas, las ciencias, la electrónica. A los jóvenes que realmente pretenden desarrollarse les sugerimos participar en fclases extraescolares, estudiar programación, robótica. De esta manera avanzarán más que sus compañeros de clases que sólo frecuentan la escuela. Para algunos padres es esto una inversión que se hace en sus hijos.

La que ofrece tal tipo de clases extraescolares es la “Universidad para niños” a la que se refiere ahora Yavor Kiriakov:

Procuramos inspirar a los alumnos a que se dediquen desde una temprana edad a ciencias naturales y técnicas y que lo hagan en una forma seria, científica. Así, chicos que han concluido estudios de cuatro o quinto grado, se ocupan de electrónica, robótica, química, física, biología, orientados por profesores universitarios e ingenieros de todo el país. Los proyectos diseñados por nuestros estudiantes se incorporan realmente al sector industrial. Lo que queremos mostrarles a los chicos es que detrás de un proyecto serio hay asimismo mucho trabajo pero que al final sus esfuerzos serán recompensados. De hecho, uno de los problemas que afronta la sociedad actual en su conjunto es que siempre se busca un resultado rápido. Últimamente he venido notando que en la orientación profesional de los estudiantes, éstos suelen decantarse excesivamente por las llamadas carreras de negocios debido a la idea que ha calado hondo en sus conciencias de que en ellas se trabaja con dinero o por sueldos muy elevados. La verdad es que en la esfera de las ciencias ingenieriles hay finanzas mucho más estables, siempre y cuando uno tenga buena cualificación, orientación creativa y capacidad de defender su proyecto.

El club de robótica, adscrito a la Universidad “Anguel Kanchev” de Ruse ha presentado dos prototipos de aviones diseñados por estudiantes universitarios. El ingeniero Chavdar Kostadinov, dirigente del club aclara:

En nuestro club nos ocupamos de cualquier tipo de cosas relacionadas con la robótica y la automatización. Llevamos cinco años existiendo y en este lustro hemos ganado más de un centenar de medallas y 20 copas de diferentes competiciones. Encontrar patrocinadores es tarea muy ardua, nos cuesta persuadir a las empresas a que inviertan en los estudiantes universitarios. El problema no radica en los niños, pues siempre habrá un núcleo de chicos que pretenderán dedicarse a la ciencia y, con ellos, se apasionarán por la ciencia al menos un número igual de jóvenes. Es que es contagioso este afán por conocer y aprender algo más de lo que les da la escuela.

Versión en español por Mijail Mijailov
Fotos: Elena Paskalova, BGNES y archivo prsonal