El Universo es un espacio inmenso que en ocasiones nos llega a susurrar algunos de sus secretos. Con la esperanza de despejar el eterno enigma, ”¿Hay vida en Marte?”, ha sido lanzado rumbo al Planeta Rojo un satélite que buscará prueba de que no estamos solos en el Espacio.
El lunes desde el cosmódromo de Baikonur fue lanzado en el espacio un aparato orbital que buscará vestigios de vida antigua o presente. Cuando en 2015, el aparato estadounidense “Curiosity” descubrió agua en Marte, millones de personas en el mundo creyeron que la humanidad había estado a punto de detectar la presencia de una inteligencia extraterrestre. Hoy, los científicos de la Agencia Espacial Europea, ESA, y la Roscosmos, aunadas en el proyecto ExoMarte, esperan ir más allá de ese descubrimiento y, por qué no, acabar obteniendo pruebas sobre una vida en Marte.
La misión principal del aparato orbital es explorar los gases en la atmósfera de Marte que pudieran tener procedencia biológica, como también el contenido de vapor de agua y de hielo en el subsuelo del planeta, explica la profesora Yordanka Sémkova, del Instituto de Estudios Espaciales de la Academia de Ciencias de Bulgaria. Se efectuarán prospecciones de la radiación en el trayecto hasta Marte y en la órbita alrededor de ese planeta, con la ayuda del aparato búlgaro “Liulin MO”.
Yordanka Sémkova dirige el equipo de los científicos que han creado el aparato de dosimetría “Liulin MO”, el cual forma parte del equipamiento previsto en el proyecto “ExoMarte”. Con este aparado se medirá la radiación provocada por los rayos espaciales galácticos y solares, y por la radiación segundaria de Marte. Esto es sumamente importante para los equipos que integrarán los futuros vuelos tripulados al Planeta Rojo. Resulta que es la radiación uno de los obstáculos principales ante el desembarco humano en Marte. Es que la dosis admisible de radiación se acumula en 900 días y el viaje a Marte dura unos 3 años:“
Volamos 900 días y luego nos veremos forzados a superar la norma admisible. Así aumenta el riesgo de contraer cáncer, entre otros muchos trances que pueda sufrir un astronauta, dice Tsvetan Dachev del equipo de científicos. Éste es el problema que afrontamos hoy y que seguirá vigente también dentro de unos 10 o 15 años para cuando se prevé la llegada a Marte de la primera nave espacial tripulada. Pero, ¿no podrán los robots hacer este trabajo mejor que nosotros los humanos? Por cierto, la exploración de Marte por parte de seres humanos llegará a ocurrir más temprano que tarde. El problema reside en saber cuántas personas serán enviadas y hasta qué punto el proyecto “Marte Uno” −para crear una colonia en Marte− al que ahora los medios informativos dan una cobertura extensa, es una realidad. Parece más bien una mentira.
Los primeros datos de los equipos a bordo del satélite lanzado el lunes se obtendrán el próximo 4 de abril y el periplo rumbo a Marte durará 7 meses. Si se comprueba la existencia de metano en la atmósfera de Marte esto significará que es posible una actividad biológica en su superficie.
Sin embargo, Tsvetan Dachev se muestra escéptico: Creo que la vida en Marte, si hubiera existido, se hubiese dado hace de ello varios miles de millones de años, cuando el planeta se mantenía aún lo suficientemente caliente y contaba con atmósfera. La fue perdiendo porque esa atmósfera es continuamente soplada por el viento solar, porque la masa de Marte es inferior a la de la Tierra. Para mí son sendas utopías las diferentes variantes de ciencia ficción en las que desembarcamos en Marte y comenzamos a “transformar” su atmósfera creando otra nueva. Es como si uno se pusiera a trabajar contra el Sol, algo que no puede ocurrir. Es que los seres humanos no llegaremos a disponer jamás de tanta emergía como es la que tiene el Sol, para que podamos generar y mantener una atmósfera en Marte.
Aunque ahora las miradas de los científicos se dirijan básicamente al Planeta Rojo, será la Luna el primer cuerpo celeste al que llegarán vuelos espaciales tripulados. Según la profesora Sémkova, esto ocurrirá en la próxima decena de años. La Luna también se convertirá en una base desde la cual dirigirse a Marte.
Lógicamente, no podríamos hablar de una colonización de la Luna y ni siquiera sabemos si, de hecho, nos interesará hacerlo. Ni la Luna ni Marte ofrecen condiciones de vida favorables. Se harán vuelos a los dos planetas sólo por necesidad y sólo se efectuarán exploraciones científicas indispensables. De manera que la Luna no es la variante de reserva que sustituya a la Tierra, así que hemos de desvelarnos por ésta para seguirla habitando.
Versión en español por Mijail Mijailov
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