Hace cuatro años, Liudmil Egov creó una máquina de germinación de semillas única en su género en Bulgaria. Con ella cualquier familia puede cultivar de forma doméstica y durante todo el año comida saludable: coles, plántulas e incluso setas, por un precio simbólico de unas dos levas mensuales (1 euro). Estos alimentos son ciertamente saludables y útiles, sobre todo para los niños. Todo indica que la máquina es la mejor y la más barata por ahora, no sólo en Bulgaria, sino en todo el mundo. La idea que llevó a Liudmil a desarrollar la microgranja es que su gestión no le comprometa excesivamente a uno y que esta instalación resulte accesible para todos los hogares.
Es como un minisistema hidropónico para el hogar. Está diseñada para permitir que la gente normal pueda cultivar coles por su cuenta en casa. Se siembran las semillas, y una electrónica precisa se ocupa de proporcionar siempre la cantidad adecuada de aire y humedad al contenedor. Las semillas empiezan a germinar y crecen hasta que se pueden comer. Ya se sabe que se trata de un alimento muy saludable. Toda la historia empezó con mi hijo. Cuando tenía unos dos años y medio tenía los dientes en tan mal estado que no había solución. El dentista dijo que no se podían arreglar. Pero yo decidí que sí se podía, y después de hacer un estudio, aprendí que las coles tienen muchos minerales y encimas, y que con su ayuda el cuerpo se puede remineralizar. Fabriqué esta máquina y empezamos a darle ensaladas. Él mismo quería comerlas. Después de ocho meses, las caries se detuvieron por completo, y desaparecieron todas las manchas y agujeros en los dientes. Entonces entendí que las coles son realmente un alimento milagroso. El dentista afirmó que no había precedentes, y que nunca había visto u oído hablar de nada parecido en todos sus años de ejercicio. Pero para mi es un hecho y lo he documentado con imágenes. Así me di cuenta de que debería haber una microgranja en cada hogar. Esto es especialmente importante para los niños, porque por un lado, la situación con sus dientes es catastrófica, y por el otro, porque esto es comida muy barata: literalmente se puede producir por dos levas al mes y tener cada día en la mesa un tercio de taza de col.
La microgranja está diseñada para funcionar con una intervención mínima, la parte electrónica se ocupa de todo y no hace falta que el usuario tenga conocimientos sobre agricultura para poder utilizarla. Puede funcionar hasta diez días con una recarga, de modo que uno puede irse tranquilamente de vacaciones y la máquina trabajará sola durante ese tiempo. La gente cada vez se preocupa por la calidad de los productos alimenticios que consumen y son más conscientes de los beneficios de un estilo de vida natural. Esta tendencia se refleja también en el acercamiento a las microgranjas.
Las personas que compran esta máquina son de esas que han excedidola comida saludable habitual y se han dado cuenta de que no hay forma de estar sano si se compran productos llenos de nitratos, pesticidas, o modificados genéticamente. Tarde o temprano, todos llegamos a la conclusión de que es mejor cultivar nuestra propia comida. Si hay jardín bien, pero para la gente de ciudad esta máquina es la única alternativa para cultivar comida sin productos químicos. La exportamos a Inglaterra, Alemania, Grecia… Por ahora principalmente la mandamos a búlgaros. Una vez comprada, esta máquina puede funcionar al menos cinco años. Así funciona el prototipo. No se necesitan consumibles ni nada que no se pueda encontrar en el extranjero, afirma Egov.
Versión en español por Marta Ros
Fotos: www.mikroferma.com
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