A finales de la semana pasada un vídeo con la canciller alemana, Angela Merkel, mostró que la política migratoria es sobre todo humanismo. Durante una actividad pública, Merkel quedó sin palabras después de que hiciera llorar a una niña palestina. Reem, de 14 años de edad, vive en Alemania desde hace cuatro años, pero en virtud de la Convención de Dublín probablemente deberá abandonar la República Federal. Las secas explicaciones de la canciller de las causas por las cuales la familia debe regresar al Líbano hicieron llorar a la alumna y los intentos de Merkel de calmarla fueron en vano. 

El vídeo fue visto por miles de personas y se convirtió en un nuevo motivo de un amplio debate acerca de la política migratoria de la UE. Algo más, después del fracaso de principios del mes, hoy se espera un nuevo intento de la UE de lograr acuerdo de un reparto de los refugiados por cuotas.

Sobre este telón de fondo, el viernes en Sofía fue firmado un acuerdo de ayuda mutua entre la Agencia Estatal para los Refugiados y el Servicio Federal de Migración y Refugiados. En palabras del presidente de la Agencia Estatal para los Refugiados, Nikola Kazakov, el acuerdo ofrece varias ventajas.

“El elevado flujo migratorio hacia Europa y los conflictos militares en el mundo entero generan un enorme flujo migratorio. La tarea de todos los países de la UE es recibir este flujo migratorio y dar frente a esta presión creando un sistema común para dar asilo”, opina Kazakov. “Los parámetros concretos del acuerdo son intercambio de información, de buenas prácticas, de expertos y otras actividades que atañen los dos servicios. Creo que este es el camino entre los países miembros: una cooperación en una base bilateral en el marco de la UE con el fin de mejorar las comunicaciones y aumentar los esfuerzos de recibir al flujo de refugiados”.

“Nos hace falta más solidaridad”, manifestó el doctor Manfred Schmidt, presidente del Servicio Federal de Migración y Refugiados, en una entrevista especial a Radio Bulgaria. En sus palabras, en estos momentos apenas 11 de los 28 países comunitarios han recibido a un gran número de refugiados. A su juicio, la implementación de cuotas no redundará en la deseada solución del problema. 

“Las cuotas son un modelo matemático y lo que me avergüenza a mí como europeo es que 28 países no pueden ponerse de acuerdo para repartir a 20 mil refugiados de Siria, país en que hay una guerra civil”, dice el doctor Shmidt. “Se trata de la adopción solamente de 20 mil personas en la UE donde la población es de 500 millones de personas. Así que aparte del debate de las cuotas se trata ante todo de solidaridad”.

El director de la Agencia Estatal para los Refugiados, Nikola Kazakov, espera que tras la reunión de los ministros del Interior de la UE se mitigue la cuota prevista para Bulgaria de casi 800 refugiados. No obstante el resultado de las negociaciones de hoy existe la posibilidad real de que 4000 refugiados, que en estos momentos se encuentran en Alemania, sean devueltos en Bulgaria. Se trata de personas que buscan asilo, que se registraron primero en Bulgaria cuando entraron en el territorio de la UE y que en vigor de la Convención de Dublín deben ser acogidas en Bulgaria. No hace mucho organizaciones alemanas de defensa de los derechos criticaron las condiciones en los centros de acogida en Bulgaria y sus informes se usan como recurso para ejercer presión y para que estas personas no sean expulsadas de Alemania.

El comentario del doctor Manfred Schmidt:

“Estamos obligados a aplicar la legislación europea vigente. Si un país de acogida ha agotado su capacidad y no puede recibir a más personas, Alemania está dispuesta a prestar ayuda. No olvidemos que los refugiados reciben en Bulgaria el mismo grado de protección como en Alemania. Creo que para un país cuya población es de 7 millones de habitantes no será problema volver a acoger a 4000 refugiados”.

Versión en español por Hristina Taseva