Últimamente, la comunidad ecologista nacionalpuede congratularse con varias buenas noticias relacionadas con batallas que la misma venía librando desde hacía mucho tiempo La primera buena nueva se relaciona con los llamados “trueques”, o permutas, o sea, el cambio, en contradicción con la ley, de bosques privados de escaso valor por tierras del Fondo Forestal Estatal en zonas codiciadas del litoral búlgaro del Mar Negro y de nuestros centros de montaña. Se hacía otro tanto también con el trueque de tierras agrícolas.

Al comienzo del inflamiento de la burbuja inmobiliaria en Bulgaria, en 2003, se procedió a cambiar dunas  en la costa del Mar Negro, consideradas como fondo forestal por bosques de retoños en el interior del país, por las que se pagaba de 500 a 1250 euros por hectárea. Las dunas, además de constituir curiosidades naturales únicas en su género, tienen actualmente un precio de mercado muy elevado. En la primera línea playera terrenos privados de ubicación similar son vendidos por 250 euros el metro cuadrado. Se llegó incluso a cerrar y privatizar la zona protegida “Arenas del río Kamchia”. El área global que ocupan los llamados “trueques” del fondo forestal asciende a unas 3300 hectáreas.

Cuando los ecologistas denunciaron aquella práctica viciosa, la reacción de la opinión pública fue  extremadamente violenta. Ahora, 10 años más tarde las transacciones pactadas al margen de la ley no han sido rescindidas a pesar de haber sido suspendido en 2009 este tipo de permutas.

A consecuencia de la denuncia hecha por varias organizaciones ecologistas en 2011, a comienzos de septiembre de 2014, la CE instó a Bulgaria a cancelar una parte de las transacciones de permuta de  terrenos forestales, o bien, reclamara para recuperarla “la irregular ayuda estatal”, de la que,  en el marco de este esquema, se habían beneficiado diferentes empresas. Se trata de 132 permutas hechas desde enero de 2007 hasta enerote 2009. Si esto no se produce, el Estado deberá pagar cuantiosas multas, del orden de miles de millones de euros, señalan los ecologistas. Los daños hechos a la naturaleza búlgara también son enormes, afirman los ecologistas, ya que  una buena parte de los terrenos permutados forman parte de la red ecológica Natura 2000 y son hábitats o zona de refugio para gran número de especies protegidas. Algunas de estas, ya se han extinguido tras las obras de construcción de hoteles hechas en esos terrenos.

Hay en el litoral búlgaro del Mar Negro también un rincón que se ha vuelto proverbial. Se trata del camping El coral que de momento está bien defendido por los ecologistas. Unos días atrás, Svetlana Zhekova, ministra de Medio Ambiente y Aguas del actual Gobierno interino de Bulgaria, impartió la orden de suspender allá cualquier tipo de obras de  construcción, ya que de hacerse éstas, provocarían la destrucción de tres tipos de dunas y seis tipos de plantas.

Tras corto período de alarma y de protestas a nivel local se ha producido una evolución positiva en el caso relacionado con los designios de la empresa estadounidense “Park Place Energy” de hacer prospecciones con vistas a la extracción de crudo y de gas, en la porción suroriental de la región de Dobrudzha. Dada la inexistencia en esa región de yacimientos de petróleo y gas convencionales, surgieron recelos de que en la prospección y extracción de tales recursos se empleara tecnología tradicionale del tipo “fracking” que entraña riesgos,  tanto para la naturaleza, como para la salud humana.

Presionado por las comunidades locales y las organizaciones verdes, el Ministerio de Medio Ambiente y Aguas cambió su decisión de dar luz verde a las prospecciones, señalando en ella la expresa prohibición de emplear “métodos no convencionales  que discrepen de la ley”. Además, la empresa deberá facilitar datos sobre el efecto global de las diferentes actividades y el impacto de éstas en las capas acuíferas subterráneas y en las zonas protegidas. Existe el peligro de que el manto freático sufra contaminación causada por los centenares de productos químicos que se emplean en liberar el gas de esquisto al romper las rocas.

De momento no ha tenido tanto éxito la lucha de la comunidad local y de las organizaciones ecologistas contra la contaminación periódica de las aguas del río Banska Luda Yana,provocada por el combinado de  producción de cobre “Asarel Medet”. Muy recientemente, esta contaminación provocó la muerte masiva de peces en este curso fluvial. Esto ocurre  cada primavera y cada otoño cuando las lluvias torrenciales hacen que se desborde el depósito de residuos del combinado. Tras haberse dirigido  reiterada e infructuosamente a las autoridades competentes de Bulgaria reclamando el cese del “genocidio”, la Coalición no gubernamental contra  la contaminación causada por el sector minero envió una carta al comisario europeo de Medio Ambiente, insistiendo ante el mismo en que nombre ”una  comisión independiente de expertos de la UE que denuncie el causante de las contaminaciones periódicas y avalúen los daños infligidos hasta ahora a la naturaleza y a la vida y la salud de la población”.

Versión en español por Mijail Mijailov