Es el 10 de abril de 1979.Son las 20 horas con 34 minutos. Se dirige al Espacio, lanzada en órbita, la nave espacial “Soyuz-33”, a bordo de la cual vuela el primer cosmonauta búlgaro, Gueorgui Ivanov. Hace 31 vueltas completas alrededor de la Tierra. El vuelo fue dinámico y dramático, y nuestro compatriota registró un récord en la cosmonáutica mundial por su pulso más tranquilo en la historia de los vuelos tripulados.
Astronautas soviéticos y norteamericanos opinan categóricos que el vuelo de Gueorgui Ivanov ha aportado extraordinariamente al desarrollo de la cosmonáutica. En 1979 Bulgaria se convirtió en el sexto país en el mundo que ya tenía a un cosmonauta suyo en órbita circumterrestre.
“Bulgaria contará también con un tercer cosmonauta ya que dispone de un importante potencial en el terreno de la exploración del Espacio”, expresa contundente en entrevista para Radio Bulgaria el pionero, Gueorgui Ivanov y agrega: “Sin embargo, para que Bulgaria participe en un próximo buelo espacial tripulado, nuestros expertos deberán elaborar un programa científico que sea aprobado por las Grandes Potencias espaciales y por la Agencia Espacial Europea. Además, nuestro Estado debe apoyar este programa”, señala el primer cosmonauta búlgaro.
¿Es difícil ser pionero?
“Cuando haces un vuelo a los mandos de un avión no pones mientes en si eres el primero o el segundo y, esto es válido también para los vuelos espaciales”, expresa el antiguo piloto militar. En la cosmonáutica no hay pilotos antiguos o “retirados” y así Gueorgui Ivanov se siente cosmonauta también hoy en día. No por casualidad, se celebran cada año congresos de la Asociación de Participantes en Vuelos Espaciales, en los cuales se debaten tanto los problemas de la Tierra y del Espacio. Hasta hoy han volado en órbita circumterrestre unos 560 astronautas y cosmonautas de más de 20 países, la mayoría de ellos de Rusia y los EEUU. Por el 35 aniversario de su vuelo, Gueorgui Ivanov espera la llegada a Sofía de representantes de la elite espacial de Rusia, Polonia, Rumanía, Hungría, la República Checa, quienes participarán tanto en los festejos oficiales como también en conferencia especial.
Retrotrayéndonos 35 años procuramos conocer lo que llevaba en su mochila, el día del vuelo, Gueorgui Ivanov: “Llevé a la estación orbital muchas cosas: la bandera búlgara, la historia eslavo-búlgara del padre Paisii, tierra de la Pliska, antigua capital búlgara, y del pico de Shipka, símbolo del heroísmo en la lucha por la liberación de Bulgaria del yugo otomano. Llevé, desde luego, también alimentos producidos en Bulgaria concretamente para ser ingeridos en el Espacio. En aquella época Bulgaria llegó a ser el tercer país del mundo que producía comida espacial, y sexta potencia mundial en la exploración del Cosmos”.
¿Cómo aparece la Tierra vista desde la escotilla de la nave espacial?
“Se ven el Pacífico, las blancas nubes, los martes verde-azules, todo es muy hermoso. La Tierra no se vislumbra como una pequeña bolita redonda como la dibuja la mayoría de la gente. De noche se divisan las luces parpadeantes de las grandes urbes. Cuando estábamos del lado del Sol divisábamos esas ciudades envueltas en una niebla negra. Ya entonces me di cuenta de cuán contaminada estaba la Tierra. Hay que protegerla porque es muy pequeña y frágil comparada con los otros planetas que conocemos”.
¿Aterrizaremos algún día en Marte para explorar el Planeta Rojo?
“Es éste el sueño de muchos científicos, pero le cuesta a uno decir cuándo exactamente un hombre pisará el terreno marciano. Es que uno debería vivir y trabajar en estado de ingravidez durante más de un año y sólo mientras dure el vuelo a Marte. los escollos son muchos. Además de la ingravidez y los alimentos consumidos por los tripulantes existe una radiación muy fuerte a la que el ser humano no puede resistir largo tiempo. Los científicos, sin embargo, no han dejado de estudiar estos problemas. Los vuelos en órbita circumterrestre duran actualmente unos 6 meses”.
¿Llegará acaso un día el momento de irnos de vacaciones en el Espacio?
Gueorgui Ivanov estima que distamos mucho de poder hacer realidad este sueño, lo cual no frena el aumento del número de los turistas. “Tras pagar varias decenas de millones de dólares o euros esos turistas vuelan en órbita unos 6 días con sus noches”. El primer cosmonauta búlgaro explica que a pesar de nuestros sueños no hay que olvidar que los preparativos para un vuelo son complejos, costosos y llevan tiempo. “En más de 53 años sólo 560 personas han podido abandonar la gravitación terrestre”. No pudimos omitir de preguntar sobre eventuales contactos con otras civilizaciones. Nuestro cosmonauta se muestra pesimista a este respecto pero agrega que “existe la probabilidad, ya que no es posible que estemos solos en toda la galaxia”.
Versión en español por Mijail Mijailov
Fotos: BTA
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