La aldea de Dóbarsko, en el suroeste de Bulgaria, alardea no sólo de su hermosa naturaleza, el grupo folclórico de voces potentes Las abuelitas de Dóbarsko y los deliciosos platos caseros; ubicada cerca del centro turístico de Bansko, centró la atención en sí mucho antes de consolidarse como destino para turismo rural a inicios de este siglo. La causa de ello es una de las dos iglesias de la aldea, de San Teodoro Tiron y San Teodoro Stratelates, un templo pétreo con frescos de cuatro siglos de antigüedad. Dos de ellos son realmente impresionantes y representan a Jesucristo en una nave espacial.
“Aquí vienen muchos turistas, como también pilotos y astronautas, y todos quedan asombrados por estos frescos. La ciencia moderna no tiene una explicación sobre ellas”, dice Nikola Náydenov, alcalde de la aldea de Dóbarsko. Similares elementos “cósmicos”, aunque no tan pronunciados, se pueden encontrar también en otros frescos de la época. Según la interpretación teológica, se trata de un símbolo, que representa la gloria de Dios. No es lo que creen, empero, los ufólogos y los aficionados a las teorías de la inteligencia extraterrestre y los ovnis.
Sin embargo, la iglesia de Dóbarsko destaca de entre la mayoría de las iglesias ortodoxas no sólo por estas pinturas inusuales. Visto desde el exterior, este edificio de piedra en forma de una basílica de tres naves, construido en 1614, no impresiona. Cuando en 1978 los restauradores empezaron las obras de su renovación, las paredes estaban cubiertas de una gruesa capa de hollín. Al limpiarlas quedaron sorprendidos ante las vívidas representaciones de escenas bíblicas y los rostros iluminados de santos, tan vivos y perfectos que recuerdan las obras maestras del pintor renacentista Giotto. En las paredes de la iglesia no se ven las efigies de pálidos y atormentados mártires, como dictan los cánones de la ortodoxia, sino radiantes y jóvenes imágenes humanas de las que fluye luz y alegría vivificante.
“La iglesia es pequeña, de apenas unos 160 metros cuadrados, pero las imágenes en ella son 460 –prosigue el alcalde Nikola Náydenov–. En ninguna parte del país hay templos con semejante densidad de los dibujos. Aquí no hay ni un centímetro de espacio libre. En la iglesia hay más de 30 rostros de santos. Tantas imágenes femeninas en un sólo lugar no verán en otro templo del país, y las masculinas son más todavía. Son singulares los frescos de los dos santos guerreros: San Demetrio y San Jorge, pintados de cuerpo entero –algo que se puede ver sólo aquí y en el Monasterio de Zografou, en el Monte Athos– cuando en todos los demás lugares están representados a lomo de caballo. Es magnífico también el iconostasio con sus puertas santas en que están representados los 12 Apóstoles de cuerpo entero, que tampoco es muy frecuente en los templos ortodoxos”.
En la bóveda central se pueden ver escenas de la vida del Salvador. Aquí está el famoso fresco de la Transfiguración en el que Él está presentado en una nave espacial lista para el despegue. En la parte meridional del templo se suceden escenas de la retirada del cuerpo de Cristo de la cruz, la lamentación y la emblemática pintura “Descenso a los infiernos” en que el Salvador baja al averno en algo parecido a un cohete de fuego para abrir de nuevo las puertas del paraíso a la gente.
La iglesia cuenta con otro misterio más, relacionado con las propiedades curativas de la fuente que brota en su patio. Ante el pequeño caño suele haber colas de gente con botellas y tubos para llenarlos de la milagrosa agua.
“El caudal de la fuente nunca disminuye ni aumenta, y no se congela incluso en los días más fríos del invierno –comenta el alcalde Nikola Náydenov–. Se usa para curar enfermedades leves como inflamaciones, orzuelo y picazón en los ojos que sin duda alivia”.
Versión en español por Daniela Radíchkova
Fotos: BULFOTO