No hace mucho Bulgaria entró en una nueva clasificación turística, pero esta vez con el casco antiguo de Nesebar, uno de los lugares más bellos empapados de historia en la costa búlgara del mar Negro. Esta pequeña ciudad peninsular está bajo la égida de la UNESCO y en esta ocasión ha ocupado un lugar digno en la clasificación macedonia de los 10 lugares más emblemáticos de la Península Balcánica, que incluye sitios como el Meteoro de Grecia, Ojrid en Macedonia, el castillo del conde Drácula en Bran, Rumania, entre otros.
Lo que convierte a Nesebar en un lugar de interés turístico único en su especie, son los múltiples restos arqueológicos que guarda y, sobre todo, la concentración de un gran número de iglesias sobre una palma de tierra.
Son quince las iglesias descubiertas allí por los arqueólogos y conservadas hasta el momento, cada una con su historia, espíritu y arquitectura. Están situadas sobre una península, de 840 metros de largo y 350 metros de ancho en su parte más amplia. El estrecho istmo que conecta la península con la tierra lleva a los visitantes a uno de los arzobispados más antiguos del cristianismo temprano en Europa.
A lo largo de más de un milenio la ciudad fue uno de los más importantes centros religiosos de esta parte de Europa. Por otro lado, los primeros vestigios de presencia humana se remontan al siglo VI a.C., cuando sobre aquel pedazo de tierra se hallaba un poblado tracio. Más tarde en su lugar se erigió la fortaleza de una ciudad Estado con un anfiteatro y con una red de suministro de agua, acueducto, una gran novedad para la época.
La mayoría de las iglesias del antiguo Nesebar sin embargo son de la Edad Media, época en la que la ciudad vivió un impactante auge. “Precisamente por sus iglesias, únicas en su género, el Antiguo Nesebar ha sido incluido en la lista de la UNESCO del patrimonio cultural mundial”, explica Martín Zhelev del Museo Arqueológico de Nesebar.
Las fuentes históricas evidencian que a lo largo de los siglos ahí existieron unas 40 iglesias. Lamentablemente, muchas de ellas fueron borradas por el tiempo. Las primeras basílicas datan del siglo V cuando la ciudad mantenía relaciones muy estrechas con Constantinopla por mar. Precisamente en aquella época Nesebar vivió su primer auge cultural y religioso.
“En la época Romana la costa búlgara del Mar Negro estaba en el linde del imperio, lejos de la capital, pero cuando en el siglo V el imperio se dividió en dos partes la nueva capital Constantinopla resultó estar muy cerca y ese hecho dio un impulso muy fuerte al desarrollo de la cultura en la ciudad, explica Martín Zhelev. Empezó un intenso proceso de construcción de iglesias que continuó durante la Edad Media e incluso durante la dominación otomana. Un fuerte auge vivió Nesebar también en el siglo 14, durante el reinado del zar búlgaro Iván-Alexander, quien construyó nuevas iglesias y monasterios. Lo interesante es que la escuela iconográfica de Nesebar siguió funcionando incluso durante el periodo osmanlí y fue especialmente activa en los siglos 17 y 18. Fue influenciada por los centros bizantinos de pintura de iconos de Athos, la isla de Creta y otros”.
Un libro para el estudio de la arquitectura religiosa, así llaman los especialistas la parte antigua de Nesebar. Sin embargo, no hace falta ser experto o poseer conocimientos de historia o iconografía para valorar toda aquella belleza que se ha conservado a lo largo de los siglos. En la actualidad el Ayuntamiento de Nesebar trabaja en un proyecto que conectará todas las 15 iglesias de la ciudad en una ruta turística. La obra maestra entre todas esas joyas de la arquitectura es, sin duda alguna, la iglesia de San Esteban.
“Es el lugar más visitado y la única iglesia que tiene murallas originales del siglo 16 conservadas casi completamente, dice Martín Zhelev. Fue construida en el siglo 10, pero de aquel período han quedado sólo pequeños fragmentos de las murallas. Otro templo único en su genero es la iglesia de Cristo Pantocrátor, situada en al Plaza de Correos. Es la mejor conservada, tan solo su torre de campana está bastante arruinada pero en lo demás el edificio conserva su aspecto auténtico del siglo 14, cuando fue construido. En realidad, muchas iglesias de la ciudad son de los siglos XIII a XIV. Son emblemáticas también la iglesia de Santa Sofía y la del Antiguo Arzobispado, que data del siglo V y es la de mayor tamaño en Nesebar. Sabido es que en pocos lugares de Bulgaria y de Europa se pueden encontrar vestigios de iglesias de aquella época lejana”.
A lo largo de más de un milenio no ha parado la construcción de iglesias en la Antigua Nesebar. La presencia de los muchos templos bien conservados se debe a que la ciudad está situada sobre una pequeña península aislada del continente y a salvo del acceso de fuerzas enemigas. No es de sorprender que el casco antiguo de Nesebar haya sido proclamado reserva arquitectónica y arqueológica. Es también la única ciudad búlgara completa incluida en la lista de la UNESCO.
Versión en español por Ruslana Valtcheva
Fotos: Veneta Nikolova
