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Alexander Acosta Osorio y el arte de ser un expatriado en Bulgaria

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Foto: Archivo personal

Cuando llegó por primera vez a Bulgaria, Alexander Acosta Osorio se sintió aislado y algo confuso por la barrera del idioma, y por el shock cultural. “En aquel tiempo aquí no había una comunidad extranjera tan grande como ahora, y creo que yo era el único colombiano en la ciudad”, recuerda Alexander. Su destino es similar al de los miles de extranjeros que eligieron Bulgaria como nuevo hogar, y que se refieren a sí mismos como a ‘expatriados’.


Alexander elige Bulgaria por amor y por las oportunidades para recibir una buena educación. Todo empezó con un encuentro predestinado, que cambiaría su vida para siempre. Mientras estudiaba Bellas Artes en LaGuardia Community College de Nueva York, el colombiano conoció a su futura esposa, que resultó ser búlgara. Ambos decidieron vivir en Bulgaria y en 2009 se trasladaron a Blagoevgrad, en el sur de Bulgaria, donde Alexander se grad en Periodismo y mass media en la Universidad Americana de la ciudad. Entremedias nació su hijo, Stéfan, a quien su padre llama con mucho cariño “mi pequeño bulgarito” (móeto bálgarche).


“En estos 15 años Bulgaria ha cambiado mucho”, comparte Alexander, y añade:

“Ahora hay muchos más extranjeros. Cuando llegué yo, en el 2009, había unos 11.000. Ahora somos más: 90.000, o casi 100.000. Creo que ahora, en lo que al trabajo se refiere, hay muchas más oportunidades. Bulgaria era - y sigue siendo - un muy buen lugar para la subcontratación. Y también para empresas jóvenes, que están arrancando. Estas siguen aumentando en los últimos años. Muchos conocidos míos crearon sus propias empresas en el sector de las start-ups. Así que es fácil ver, a través de su mirada, la cantidad de buenas oportunidades que hay en el país. Esa es una de las cosas fantásticas que tiene Bulgaria. Se siente como un lugar de oportunidades pese a que la gente no siempre lo ve así”.


Al igual que muchos otros expatriados, Alexander se enfrentó a una gran dificultad: la lengua búlgara, que resultó ser bastante complicada. “Por otro lado, el hecho de que son cada vez más los extranjeros que dominan el búlgaro, hace que la cultura búlgara sea más accesible para el mundo”, opina Alexander. Además, la barrera del idioma tampoco es un impedimento para conocer Bulgaria, y enamorarse de ella. Es precisamente a nuestro país al que el colombiano dedica sus proyectos artísticos.


“Como fotógrafo, me he enfocado en las tradiciones búlgaras, así capto no sólo el día a día, sino también lo tradicional. Mi tradición favorita es la de los kúker, y el festival “Surva”. Me encanta fotografiar los diferentes ritos en torno a los kúker, pero también todo lo relativo a la vida en Bulgaria. Por eso, en los últimos 15 años, he tratado de capturar con mis fotografías la esencia de este lugar - de Bulgaria -, y mostrársela al mundo”.


Las obras de Alexander Acosta Osorio han formado parte de varias exposiciones en Bulgaria, y en el extranjero. En Bulgaria sus fotografías han sido presentadas en la Universidad Americana, y en el Museo de Arte Contemporáneo “Arsenal”, en Sofía, como parte del Mes Europeo de la Fotografía 2011. Actualmente, el colombiano está trabajando en una serie en blanco y negro, dedicada a los kúker.

 

Su otra pasión es el cine, lo que le ha llevado incluso a participar en la película “Loving Pablo”, que contaba con la participación de Javier Bardém y Penélope Cruz. Alexander confiesa que esa fue una experiencia inolvidable. “¡Quién diría que Sofía, y Bulgaria, iban a ser el escenario de grandes superproducciones de Hollywood! Aquí hay una industria cinematográfica enorme”, dice con entusiasmo Alexander, y continúa:


¡Bulgaria me lo ha dado todo! Es un país muy generoso. Sé que a menudo da la sensación de que aquí las cosas son difíciles, y puede que sea así. Pero no he conocido a gente más generosa que los búlgaros. He recibido mi educación aquí, mi trabajo está aquí, mi hijo está aquí, y aquí es donde vivo desde hace 15 años. Incluso, en estos momentos, estoy recibiendo unas ayudas por desempleo porque he estado aportando al sistema, y a la economía. Tenemos que apreciar más Bulgaria, y a creer más en ella”, comparte para terminar Alexander Acosta Osorio, quien se está planteando ya la opción de adoptar la ciudadanía búlgara.


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Autor: Veneta Nikolova

Versión en español: Alena Markova

Fotos: Archivo personal



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