En cuanto a la diversidad de aves, Bulgaria ocupa uno de los primeros puestos en Europa y se encuentra entre los cinco principales destinos del llamado turismo ornitológico o birdwatching en el Viejo Continente, según se desprende de nuestra conversación con el Dr. Gueorgui Guerdzhikov, quien lleva años guiando a observadores de aves extranjeros en Bulgaria. Estas personas son capaces de recorrer miles de kilómetros solo para observar con sus prismáticos un charrán o un pájaro azul.
En Europa se reproducen unas 600 especies de aves, de las cuales más de 400 pueden verse aún en Bulgaria. Esto convierte a nuestro país en un paraíso para los ornitólogos extranjeros, cuyo número ha aumentado en los últimos años. Recientemente, además de los visitantes de Europa Occidental, se ha incrementado el número de ornitólogos aficionados procedentes de Estados Unidos y Asia Oriental, afirma el Dr. Guerdzhikov.
"Hay muchas especies de aves que no se encuentran en el resto de Europa, sino solo aquí, en los Balcanes. Lo cierto es que en Europa Occidental, las distintas políticas agrícolas de los últimos 50 años han alterado los hábitats de las aves. Muchas especies han desaparecido de países como el Reino Unido, los Países Bajos, entre otros. Por fortuna, aquí la implementación de este tipo de políticas agrícolas es todavía menos estricta, y estas especies se han conservado. Incluso los gorriones comunes o las golondrinas, que para nosotros son casi como 'plagas', resultan exóticos para muchos europeos occidentales, y cuando vienen, están muy felices de haberlos visto."
"Este año hemos tenido una temporada muy concurrida, con muchísimos y variados turistas de todo el mundo. Hemos visto aves interesantes y visitado lugares únicos. Pero necesitamos más personas que trabajen en este negocio", dice el Dr. Guerdzhikov.
¿Cuáles son los pájaros que más interesan a los aficionados ornitológicos?
"Entre las especies más buscadas están algunas rapaces, como el águila imperial, el alimoche y el buitre negro, así como el aguilucho lagunero", explica el Dr. Guerdzhikov. "Pero también el escribano cabeciblanco, el urogallo, el martín pescador terrestre, los abejarucos, el pechiazul... Todas ellas son especies exóticas incluso para Europa. Por ejemplo, el monte Sakar es conocido como el reino del águila imperial. Madzharovo, en los montes Ródope, es el reino de los buitres. Los lagos de Burgás, por donde pasa la ruta migratoria de las aves de la Vía Póntica, son otro lugar excelente para el birdwatching. Lo mismo puede decirse de nuestra costa del Danubio, uno de los mejores destinos para observar al pechiazul y al abejaruco. Allí tenemos una asombrosa variedad de aves acuáticas, sin mencionar las poblaciones de pelícano ceñudo en la Reserva de Srebarna, en la isla de Bélene y en la zona de Tutrakan..."
"Este tipo de turistas están comprometidos, de una forma u otra, con la protección del medio ambiente", explica el Dr. Guerdzhikov. "Por eso, el operador turístico para el que trabajo organiza los llamados 'viajes con causa'".
"El hecho de que quieran observar aves o mamíferos en Bulgaria significa que la gente tiene interés en la conservación de estas especies. Donamos una parte de la suma que pagan por su excursión ornitológica a una de nuestras ONG, con el objetivo de apoyar la conservación o protección de alguna especie animal", dice el Dr. Gueorgui Guerdzhikov.
Fotos: Gueorgui Guerdzhikov
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