“Amo Bulgaria, es el país de mis raíces históricas”, dice con emoción en la voz María Guseynova, presidenta de la Asociación Pública Apoyo al Desarrollo de la Amistad Azerí-Búlgara. Una vez al año ella visita Bulgaria para mantener reuniones con representantes de distintas instituciones en apoyo a proyectos para el fortalecimiento de la cooperación bilateral. En la Universidad de Sofía ha organizado una presentación del modelo azerí de multiculturalismo y diálogo intercultural.
“El multiculturalismo es la imagen de la vida: cómo viven las personas, cómo tratan a las minorías nacionales. Azerbaiyán es un país muy amistoso”, dice María Guseinova para Radio Bulgaria. En los años 20 y 30 del siglo XX los búlgaros fueron la ciudad de Ganzhá en Azerbaiyán. Allí conocieron a personas muy amistosas que les ayudaron con el trabajo, les dieron casas y en Ganzhá fue formada un grupo de búlgaros se llamaba La corte búlgara. Los búlgaros allí conservaban y siguen conservando sus tradiciones, costumbres y lo más importante: su religión e idioma. Un gran indicador de la política multicultural de Azerbaiyán es que nadie me ha dicho “por qué hablan en búlgaro”. En Azerbaiyán se conserva la pertenencia lingüística, cultural y nacional”.
En el país que se encuentra en la costa occidental del mar Caspio viven unos 300 búlgaros, dice María Guseynova, pero en este número no entran las personas que llegaron allí para trabajar en los últimos diez años. La propia María nació en Azerbaiyán, pero sus raíces salen en Bulgaria y pasan por Besarabia, donde sus ancestros se trasladaron al otro lado del mar Negro huyendo después del duro periodo del Holodomor.
Aprendió el búlgaro de su abuela y hoy en día sus propios nietos son estudiantes en universidades búlgaras. Posee un documento de ciudadanía búlgara y dice que tiene dos patrias: “la primera es la histórica-Bulgaria, la otra es Azerbaiyán donde nací”. Sigue lo que sucede en Bulgaria, pero no se siente perjudicada por el hecho de que en las próximas elecciones del 27 de octubre no habrá un colegio electoral en Bakú.
“El pueblo búlgaro es inteligente y escogerá el camino que lo llevará al progreso. Mi deseo es que Bulgaria sea un país próspero, me refiero a las nanotecnologías, la información, las condiciones para retener a los jóvenes en la patria en vez de que vayan a otros países. El país es muy bello y esperamos que las elecciones confirmarán el deseo del pueblo búlgaro de vivir en un países democrático y progresivo, esto es lo que deseo a los búlgaros”.
En verano de 2005 la Asociación que encabeza María Guseynova comenzó a editar la revista internacional Acord que sale una vez al año con el apoyo financiero de la Agencia Estatal para apoyo a las ONG de la República de Azerbaiyán.
“Para mí es muy grato que editamos esta revista en búlgaro en la cual contamos de la comunidad búlgara, de importantes eventos políticos, como las elecciones presidenciales en Azerbaiyán. Contamos de nuestro evento en el Museo Nacional de Historia, donde los niños azeríes pintaron una rosa y los niños búlgaros pintaros sus ideas de cómo es Azerbaiyán”.
Por eventos similares el presidente Ilham Alev le entregó una medalla jubilar 100 aniversario de Gaydar Aliev y medalla Teregi (Progreso).
“Este reconocimiento me da un nuevo impulso, muchas ganas de hacer más por nuestras relaciones bilaterales. Esto me obliga a trabajar más en los lazos entre los dos pueblos amistosos, el búlgaro y el azerí”, dice María Guseynova.
Fotos: Elena Karkalánova, BTA
Versión al español de Hristina Táseva
Ella es bella, esbelta, joven y tiene buena formación. Posee todas las cualidades para tener una exitosa carrera en el podio de la moda o en el mundo de la publicidad. Sin embargo, ha elegido criar búfalos en su aldea natal. Ella es Tsvetalina..
El 25 de abril es el día en que nació YitzhakFintzi, uno de los miembros de la llamada “generación de oro” de actores búlgaros. En su camino terrenal de 91 años Yizko Fintzi dejó una profunda huella en la vida cultural, teatral y fílmica de Bulgaria...
Después de la Liberación de Bulgaria del dominio otomano, el país comenzó a desarrollarse a unos ritmos que compensaran su ausencia del mapa mundial durante cinco siglos. Jóvenes búlgaros se graduaban por prestigiosas universidades europeas y..