Las altas temperaturas del agua de mar, que en los últimos días alcanzaron los 30 grados en la costa meridional del mar Negro, han auyentado a los peces de temporada. Debido al calor, combinado con las inusuales y prolongadas corrientes del norte, se han ausentado los gobios y los peces escorpión, o escorpena, típicos de la temporada de verano. Éstos suelen aparecer ya en marzo, con unas temperaturas del agua de 8 ºC - 10 ºC aproximadamente, y se pescan durante casi todo el año, excepto en invierno, cuando se esconden en los orificios de las rocas. Este año, durante los calurosos meses de verano, estos peces han huido a aguas más profundas, donde el agua está más fresca y las corrientes se mueven.
“Hasta ahora no había ocurrido que no haya pez escorpión, por ejemplo - no hay movimiento del agua y, por tanto, no hay pez escorpión. Ya lleva un mes y medio soplando solamente viento del norte, y cuando hay tal corriente también descartamos al gobio”, señala el pescador Yordan Karakashev ante BNR Burgas. “No podemos saber con exactitud si se debe al tiempo, porque ya van al menos 40 días que no deja de soplar viento del norte, y el viento del sureste le conviene al gobio. Por lo demás, el bonito apareció por aquí como de costumbre hace 4 ó 5 días. Vemos algún que otro pez, lo pescamos y la gente se alegra. A finales de julio, principios de agosto ya aparecen los peces pequeños, normalmente los de alrededor de 150 -180 gramos. También hay jureles - no de una gran calidad, pero se encuentran".
El jurel es de las variedades de pescado pereferidas del mar Negro en verano. Este aparece desde mayo hasta finales de junio, y se dispersa en julio y agosto. Después vuelve a aparecer de septiembre a finales de noviembre, con unas temperaturas del agua de hasta 15 ºC - 17 °C. Este año ha aparecido un mes antes que en años anteriores. Yordan Karakashev no recuerda que se hayan registrado en las zonas de las ciudades costeras de Tsarevo y Ahtopol, unas temperaturas del agua del mar tan elevadas, que además se mantengan durante varios días seguidos:
"Solemos estar pendientes de la temperatura del agua y en verano esta suele alcanzar los 28 °C por cuatro o cinco días. Aquí, donde nos encontramos nosotros, hace unos días el agua llegó a alcanzar los 29 °C, y en la bahía de Sozopol - los 30 °C. Eso nunca había pasado. Nunca habíamos visto el agua llegar a los 29 °C, y mucho menos a los 30 °C. Yo mismo buceo a profundidades de 12 -15 metros y he comprobado que no hay termoclina, no hay agua fría. Tal como está arriba, está también abajo, y parece ser que los peces se ahuyentan en seguida. Cuando hace tanto calor, los peces suelen buscar los límites donde está la termoclina. Donde están los peces pequeños, están los peces grandes. Donde hay una diferencia de temperatura, es donde cambian las corrientes que traen el alimento. A los peces les encanta la corriente, el límite donde está la corriente, por la diferencia de temperatura. Y nosotros no podemos encontrar esa diferencia a 10 o 12 m de profundidad - está más lejos y no está cerca de la orilla".
En lo referente a las anomalías de temperatura, Yordan Karakashev señala que no son nada preocupantes: "Si observamos la historia, veremos que siempre ha habido ciclos. Cálido - frío, cálido - frío. Esto de ahora también es simplemente un ciclo, y también pasará". Y, en cuanto a la aparición de especies desconocidas en aguas búlgaras, Karakashev señala que se trata de especies mediterráneas y que no tienen una especial importancia económica:
"Desde hace diez años, poco a poco, han ido llegando peces exóticos. Vemos también peces pequeños. No los conocemos. El año pasado pescamos un gran cangrejo azul con un caparazón más extraño. También se ven lábridos (Labridae), que son especies mediterráneas, y el tordo (Symphodus tinca), de la familia de los lábridos. Pesan entre 500 y 600 gramos cada uno".
Según los aficionados entendidos, estos peces no son buenos para comer porque tienen muchas espinas y los ejemplares más grandes tienen dientes afilados. De manera que contamos con el regreso del jurel en septiembre, cuando se vaya enfirando el agua del mar. Es entonces cuando aparece también la anchoa, también conocida como pez azul. Es el pescado más valioso y sabroso, que también se encuentra en el Mediterráneo y en las costas este y oeste del Atlántico.
Autor: Darina Grigorova, con la entrevista de Nina Rangelova de BNR-Burgas
Versión en español: Alena Markova
Fotos: BNR-Burgas, BTA, BGNES, archivo
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