La gaita es uno de los instrumentos más característicos del folclore búlgaro. Su sonido es muy conocido en los Balcanes, pero también puede encontrarse en melodías e interpretaciones modernas de músicos de muchos países de Europa, África, Australia e incluso Oriente Próximo. En Bulgaria hay dos tipos de gaita: la dzhura y la kaba. La gaita kaba es de mayor tamaño, tiene un sonido más grave y suave. Su característico retumbo ligero está codificado en la melodía de los montes Ródope y es un elemento inseparable de la magia de canciones como "Blanqueó la montaña" y "Salió a la montaña el rebelde Delyu". La gaita dzhura, en cambio, es más pequeña y suena alto y claro.
En los últimos años, los artesanos búlgaros han conseguido fabricar la gaita djura con materiales artificiales, sin que ello afecte a sus cualidades como instrumento, pero haciéndola mucho más asequible de poseer y utilizar. Aunque vivimos en un mundo igualitario, a menudo se oye decir que la gaita es un instrumento para hombres. El hecho es que domarla para conseguir una bella melodía requiere un esfuerzo físico considerable.
En el pasado, cuando la transmisión del folclore era única, la necesidad de que la gaita sonara fuerte era primordial, ya que debía hacerse oír en toda la plaza del pueblo para reunir a la gente. Todo el pueblo tenía que enterarse de la celebración, la boda o la fiesta que comenzaba. Ahora, la gaita se puede fabricar de manera que no requiera tanto aire y esfuerzo para sonar fuerte. En general, en nuestro pasado, eran sobre todo los hombres quienes tocaban la gaita, y esto es un hecho. Pero con el desarrollo de la música como arte profesional en el siglo pasado, incluso tenemos una mujer - la docente María Stoyanova - que fue profesora en la Academia de Música, Danza y Bellas Artes de Plovdiv "El profesor Asen Diamandiev", y todos los gaiteros aprendían de ella.
La docente Stoyanova es, de hecho, la primera mujer gaitera profesional de Bulgaria y los Balcanes. Forma parte de la primera promoción de la Escuela Nacional Profesional de Música Folclórica "Filip Kutev" de Kotel, cuna de algunos de los mejores cantantes y músicos folclóricos de Bulgaria. Y si hace unas décadas ver a una mujer con una gaita resultaba exótico en nuestras latitudes, hoy en día Bulgaria ya tiene su primera banda de gaitas formada íntegramente por chicas. Esto es gracias a Nikola Gueorgiev y su Escuela Gaidar "Tracia" de la ciudad de Aksakovo, en la región de Varna. Él mismo es gaitero desde la infancia. La música ha acompañado a su familia desde antes de que él naciera, ya que sus abuelos y bisabuelos también eran gaiteros. A finales de 2016, Nikola, con gran entusiasmo y amor, creó su escuela, donde hoy estudian gaita más de 30 niños y jóvenes. Lo único de la escuela de Varna es la posibilidad de enseñar a niños en edad preescolar.
"Todo empezó por el gran entusiasmo de un niño de cinco años que quería tocar la gaita, pero ninguna escuela de la zona lo aceptaba. Tras la fuerte insistencia de sus padres y al ver su deseo desbordante, decidimos intentarlo. Este niño fue el experimento sobre el que creé mi metodología de enseñanza para los más pequeños".
Lo más importante es estar abierto al mundo y a las sorpresas que te presenta. Así que un día, cuando la hermana pequeña de uno de sus alumnos expresó su deseo de asistir a la escuela de gaita de su padre, Nikola la aceptó. Después de ella, vinieron otras niñas también. El interés entre las niñas empezó a crecer, y un día Nikola dijo bromeando que su escuela tenía ahora todo un grupo de niñas gaiteras. Así, a mediados de 2024, apareció "Doncella, María bonita", interpretada por un grupo de gaitas dzhura formado por Ivelina, Siyana, Sara, Kalina, Tsvetelina y Victoria. El arreglo contemporáneo es del propio Nikola Gueorgiev. La más joven del grupo es Siyana, de solo 10 años, y la mayor es Kalina, de 18.
El interés por el folclore búlgaro en nuestra sociedad está creciendo y cada vez son más las chicas que se acercan a este instrumento folclórico, dice Nikola. Está contento de que, con la interpretación moderna de las canciones folclóricas búlgaras y superando estereotipos, como que las chicas no pueden tocar la gaita, él y sus graduadas formen parte del puente entre nuestro pasado y nuestro presente. Y las seis chicas ya están preparando su próxima actuación: melodías de Lázaro interpretadas con gaita, según adelantó su director, Nikola Gueorgiev, especialmente para Radio Bulgaria.
Por Vesela Krasteva
Versión al español de Borislav Todorov
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