El sofocante calor que se extendió sobre los Balcanes en las últimas semanas, causando unos incendios devastadores también en Bulgaria, está poniendo en peligro la fauna del mar Negro. Los ecólogos avisan que estas temperaturas récord, son perjudiciales no solo para las personas y las plantas, sino también para una gran parte de los habitantes del mar. En los últimos 8-9 años, en Bulgaria se observa una tendencia de cambio en la duración de las estaciones y una prolongación del verano. Las altas temperaturas comienzan ya en el mes de mayo y llegan a su punto más álgido durante el mes de julio. Estos factores tienen unas consecuencias muy serias, a veces desastrosas, sobre los peces del mar Negro, comenta el docente Violín Raykov, del Instituto de Ocenología, en una entrevista ante BNR-Varna. Según sus palabras, las especies que más riesgo corren son las de zonas más cercanas a la orilla, sobre todo en los lugares de menos profundidad.
“Las especies con más ventaja son las que se mueven más rápido. Si en algún lugar la temperatura es demasiado alta, los mamíferos marinos - los peces más grandes y rápidos del mar Negro - consiguen escapar del calor emigrando mar adentro donde la temperatura es más baja y más adecuada para ellos”, explica el Dr. Violín Raykov.
Los pescadores se quejan de que salen cada mañana a faenar pero regresan a tierra con “las manos vacías”. Y esto comienza a ocurrir desde finales de junio. Faltan sobre todo el jurel y el gobio. Ante la pregunta de un periodista de BNR-Burgas sobre cómo va la pesca en estos momentos, Kiril Zheglev de la Asociación de pescadores “Mena” en Nesebar, responde:
“En estos momentos las capturas son casi inexistentes por el hecho de que el agua está demasiado caliente. El gobio es un pez de fondo - le gusta el fondo rocoso y, cuando el agua allí se calienta demasiado, falta oxígeno, el pez se vuelve perezoso y se esconde bajo las rocas para resguardarse, a la espera de que las condiciones mejoren. Los peces que suelen habitar aguas más cálidas, sobreviven. Ahora estamos observando cantidades mínimas de salmonetes de fango y el jurel también se suele retirar en esta época del año - lo esperamos de vuelta en otoño”.
Los habitantes marinos buscan huir del calor de todas las formas posibles. Pero no migrando al norte, sino simplemente bajando a más profundidad, donde las aguas del mar Negro están más frescas, y más alejadas de los rayos del sol…Para aguardar allí a que vengan tiempos mejores.
“En cuanto a las especies que se mueven a menor velocidad, ahí el estrés es mayor, puesto que con el aumento de la temperatura, el oxígeno en el agua disminuye y conlleva a un sobre-desarrollo del fitoplancton”, comenta el Dr. Violín Raykov. “Durante el día, con la ‘floración’, las microalgas producen oxígeno y durante la noche, lo consumen. Así se produce el efecto hipoxia - la descenso brusco de la cantidad de oxígeno, que es la causa la muerte de que los organismos adheridos o los de menor movilidad”.
Durante los meses de julio y agosto, en las zonas costeras y el lago de Varna, nos encontramos a diario los peces boca arriba y en la mayoría de los casos - muertos.
Kiril Zheglev alerta también sobre otra tendencia paralela, resultante de estas temperaturas inusualmente altas del agua del mar:
“En los años más recientes en la región de la costa búlgara del mar Negro, observamos especies invasivas, como el cangrejo azul o peces que no son caractetísticos de esta zona. Hoy en día hay una enorme cantidad de cangrejos blancos, y también negros… Cuando yo era niño, apenas había. Era todo un evento que alguien capturara un cangrejo. Ahora ya no es así. En Italia se prepara la sopa de cangrejo o caldo de cangrejo. En Bulgaria nadie los consideraba una materia prima pero es probable que algún día se empiecen a utilizar también aquí”, concluye el pescador.
Autor: Desislava Semkovska
Versión en español: Alena Markova
Fotos: BGNES, BNR
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