El Prof. Dr. Marco Scarpa explora el legado de los hermanos Cirilo-Metodio y el papel de los scriptorium de los eslavos del sur, y de los escribas que trabajaron allí durante el florecimiento de la cultura balcánica en el siglo XIV. A Scarpa también le interesan las repercusiones que el auge espiritual de Bulgaria y Bizancio generó en el espacio cultural Slavia Orthodoxa, denominado así por el erudito italiano de origen búlgaro Riccardo Picchio. Este académico de la Universidad de Mesina participó recientemente en el foro internacional sobre el alfabeto cirílico celebrado en Sofía y Plovdiv "Alfabeto. Lengua. Identidad".
“Es muy importante subrayar el papel del alfabeto que usan millones de personas en el mundo”, comenta el docente Marco Scarpa, quien tiene una relación profesional, espiritual y vital con Bulgaria. Él se presenta a sí mismo como eslavista cuyos intereses científicos esbozan su camino búlgaro.
“Mis últimas lenguas eslavas fueron el ruso y el serbio”, nos cuenta el investigador. “Al empezar a trabajar con manuscritos medievales, sentí que necesitaba el búlgaro. Vine a Bulgaria y mi primera profesora me dijo que, sabiendo ya dos idiomas eslavos, el tercero me saldrá gratis. Este idioma búlgaro gratuito fue tan importante para mi que estuve trabajando unos cuántos años en el Centro Santos Cirilo y Metodio, de la Academia Búlgara de Ciencias. Hasta mi mujer es búlgara, así que se trata de una importante relación con Bulgaria”.
Marco Scarpa dedica su trabajo más reciente a los manuscritos del tiempo del zar Iván Alexander, quien gobernó en tierras búlgaras entre 1331 y 1371. “Hay mucho más material por investigar”, destaca el docente.
“Lo interesante es que, comparando con los manuscritos serbios, los búlgaros son menos de la mitad, lo cual probablemente evoque el hecho de Bulgaria fue conquistada por los turcos otomanos antes que Serbia y muchos de los manuscritos debieron ser destruidos a la par que los monasterios”, explica el docente Scarpa. “Otro hecho importante es la colaboración entre nosotros, los filólogos, y los informáticos - para aprovechar las posibilidades que nos brindan las nuevas tecnologías, así como la experiencia y los conocimientos de los científicos provenientes de diferentes disciplinas. En estos momentos, con la ayuda de la informática, estamos trabajando sobre la descripción de la caligrafía de los copistas. Aunque en la paleografía eslava aún no existe un método adoptado comúnmente para ello”.
Según el docente Marco Scarpa, la labor de investigación que realizan él y sus colegas, no es el fruto de una nostalgia por el pasado, sino que es una base para construir un futuro mejor para Bulgaria, Europa y el mundo entero. “Porque el futuro se basa en el conocimiento del pasado”, aclara el científico. Él se imagina el Viejo Continente como una particular polifonía de lenguas, y subraya que en esa multitud de voces Bulgaria tiene su propia aportación.
“La identidad de un pueblo se contiene en su lengua”, añade Scarpa. “Es precisamente la lengua, lo que une a las personas. Y el alfabeto es la manera de fijar esa lengua. Sin embargo, el alfabeto y la lengua no deben servir a las personas para que se enfrenten las unas a las otras - sino deben ser apreciados como riqueza colectiva. Si usáramos un único idioma - el inglés, por ejemplo, - eso nos uniría. Gozaremos de mayor riqueza si reunimos las diferentes lenguas y alfabetos, y estos serían un buen motivo y un buen principio dentro de la Unión Europea”.
“Desgraciadamente, está disminuyendo la cantidad de universidades en el extranjero donde se puede estudiar el búlgaro”, así nos lo confirma el científico los datos expuestos en la conferencia sobre el cirílico.
“Lo bueno es que en Italia, en casi todas las universidades en las que se enseñan lenguas eslavas, los estudiantes tienen una asignatura obligatoria que es la antigua bulgarística”, añade Scarpa. “Esto les da la oportunidad de enterarse un poco de las cosas que existían en tierras búlgaras - el alfabeto y la producción literaria en Bulgaria son un momento clave para todas las lenguas eslavas”. Yo estoy viendo que mis alumnos tienen interés por Bulgaria y por la tradición proto búlgara - incluso hay dos chicas que, pese a no estar estudiando búlgaro, se apuntarán al curso de verano de paleografía que impartiremos en Sofía.
Ellos no sólo harán su aportación a los fines científicos del foro, sino que se convertirán en embajadores del cirílico “como todos nosotros”, según las palabras del docente Marco Scarpa. Él añade que la lengua búlgara enriquece su persona “puramente italiana” al descubrirle una cultura diferente y le ofrece la “oportunidad de una promesa”, a las personas que viven en Bulgaria.
Autor: Diana Tsankova
Versión en español: Alena Markova
Fotos: Diana Tsankova, BTA, Facebook / Marco Scarpa
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