Una mujer bella, esbelta y de aspecto sofisticado, nos muestra cómo ponernos con delicadeza un abrigo de señora o dónde sentarnos correctamente en una mesa para dos en un restaurante, según la etiqueta. Estos son los vídeo-tutoriales, presentados con una sonrisa y un toque desenfadado, que podemos encontrar en las redes sociales de Sofía Marbella. Aunque ya os hayáis topado con sus vídeos, probablemente no se os haya ocurrido que en realidad ella es búlgara. Hace veintiocho años que Sofía vive en España con su familia, y hoy comparte con Radio Bulgaria la historia de los caminos impredecibles de su vida - el camino de los buenos modales y del arte de esperar el momento adecuado.
Sofia Ilieva es hija del comunismo, nacida a mediados de los años setenta - una época muy diferente a la actual de la que ella admite que: "En aquella época tuvimos la suerte de que los buenos modales y el respeto estuvieran a un nivel mucho más alto que ahora".
De niña, ella soñaba con ser diplomática (de ahí su gran interés por el protocolo y la etiqueta), y también quería ser competidora profesional de patinaje artístico. Lo primero resultaba imposible en una Bulgaria socialista, pero lo segundo acabó marcando su futuro. Sofía salió por primera vez a la pista de hielo aún estando en el colegio, en 1982, justo después de que fuera construido el Palacio de Deportes de Invierno en la capital búlgara. "Fue amor a primera vista", recuerda ella. Aún así, pese a su amor por el patinaje y aún habiéndose licenciado en patinaje artístico y medicina deportiva en la Academia Nacional de Deportes, la joven Sofía nunca consiguió convertirse en atleta profesional. A mediados de los noventa, Bulgaria era ya un país democrático y libre, y eran muchos sus amigos y conocidos que decidieron marchar al extranjero. Uno de ellos le propuso que fuese a visitarlo a España, y que empezase a trabajar allí como entrenadora de patinaje artístico.
"Cuando me licencié en la Academia Nacional de Deporte, decidí intentarlo. En 1996 fui primero a Palma de Mallorca, a ver a mi amigo y a su familia. Desde allí fui a Madrid donde tuve que esperar un poco antes de empezar a entrenar. Mientras tanto, decidí visitar a mis otros amigos en Marbella y pasar allí las vacaciones", recuerda nuestra invitada.
Este breve descanso en la soleada ciudad española marcó el comienzo de una nueva vida para Sofía.
"En realidad empecé una relación con un chico en Marbella y decidí quedarme allí un poco más. Mientras tanto, empecé a trabajar como modelo y así fue como me encontré con un anuncio de trabajo en la televisión local para un programa que se llamaba 'La Hora de Oscar Horacio'. Me contrataron y empecé a ayudar a Horacio como asistente".
Poco a poco, Sofía retoma su pasión y su debilidad de la infancia por las buenas maneras. Empieza a seguir varios cursos online sobre este tema, principalmente cursos de EE UU. En la distancia, acaba conociendo a Jacqueline Whitmore, que es la dueña de una escuela de protocolo en América, y ella le da acceso gratuito a sus materiales y conferencias. Un buen día Sofía pensó: "Voy a montar yo misma una escuela de buenos modales aquí, en España".
"Porque si tienes buenos modales, si sabes comunicarte con la gente, si sabes escuchar en lugar de hablar, y si consigues que los demás se sientan bien a tu alrededor, entonces alcanzar el éxito es pan comido. No se trata sólo de los modales en la mesa, sino de construir una personalidad general.
A finales de 2000, con la ayuda de personas con ideas afines, Sofía Ilieva inaugura en Marbella su primera escuela de protocolo y etiqueta empresarial en español. Ella admite que mucha gente de allí tampoco sabía exactamente qué significaban la etiqueta y los buenos modales. Y, cuando las cosas empiezan a ir bien en lo laboral, Sofía conoce a su futuro marido italiano. Entonces es cuando le toca poner en práctica parte de la teoría de sus enseñanzas, en su vida personal. Y es que, no puedes tener éxito en algo, si no le dedicas el 100% de ti mismo.
Hoy, desde la experiencia y tras haber conocido a tanta gente diferente, la búlgara defiende la tesis de que no se puede tener un negocio de éxito y una familia de éxito al mismo tiempo. Hay que elegir. Después de tener su primer hijo, Sofía eligió entregarse a su familia. Al menos durante un tiempo.
En los años siguientes, ella se dedica a ser madre, esposa y ama de casa. "Ser ama de casa es un trabajo enorme que hay que respetar", dice Sofía con convicción. Mientras tanto, ella continúa leyendo literatura especializada y haciendo cursos, interviene esporádicamente en producciones televisivas y cinematográficas como actriz, y trabaja como modelo. Mientras siguió convencida de que, si su vocación era la de enseñar etiqueta, el destino la volvería a “buscar” cuando llegase el momento. Y así fue. Hace unos tres años, Sofía decide que es hora de “volver”.
“Una amiga me sugirió que probara primero con las redes sociales. Decidí intentarlo. Grabé un vídeo sobre cómo sujetar correctamente el bolso y lo subí a TikTok. En aquel entonces ni siquiera sabía muy bien cómo funcionaba esta plataforma. A la mañana siguiente vino mi hija y me dijo: “Mamá, ¿has visto el TikTok? Tienes 500.000 visitas…".
Así continúa la historia de Sofia Ilieva, esta vez digitalmente. Con la ayuda de sus hijos, ella desarrolla su perfil de TikTok y comienza a subir un vídeo cada pocos días. Al cabo de unos meses, ya tenía millones de seguidores. La decisión de continuar en serio con esta nueva iniciativa, estaba tomada.
"Cuando leía los comentarios bajo los vídeos, veía que había una brecha, sobre todo entre mi generación y la generación más joven, que es la que más utiliza las redes sociales. Los más jóvenes no tienen ni un conocimiento básico, ni una educación acerca de los modales y las maneras en casa y, sin embargo, veo que están inconscientemente hambrientos de saber más. Vi que la gente realmente necesita este tipo de conocimientos".
Los contenidos que elabora Sofía están en inglés porque, según dice, el 80% de sus seguidores en las redes sociales son angloparlantes.
Ya tiene publicado un cuaderno-diario creado con la ayuda de sus seguidores. "En una de cada dos páginas hay consejos sobre cómo comportarse en diferentes situaciones y entornos", explica Sofía ante Radio Bulgaria. Está previsto que el cuaderno se publique también en español. Sofia imparte cursos y talleres personales y en grupo por todo el mundo.
Bulgaria está presente en la vida cotidiana de Sofia Ilieva, pero sólo ha regresado a su tierra natal unas pocas veces en estos casi treinta años. "Echaba mucho de menos mi país, sobre todo en los primeros años, pero siempre supe que 'ahí fuera' había muchas cosas que yo quería ver y aprender", nos confiesa ella. Después de casarse vino todo un verano acompañada de sus hijos pequeños y su marido, quien quedó fascinado por Bulgaria, por su gastronomía, y su gente, y enseguida les propuso que se quedaran a vivir allí.
"Mi marido se enamoró de Bulgaria, ¡le encantó! Fue algo natural para él, como italiano, el verse identificado con la mentalidad búlgara. Le enseñé toda Bulgaria, orgullosa de ser búlgara. Entonces aprecié lo bonita que es mi patria. Son muchas las cosas que tienen que cambiar, como en otros tantos lugares del mundo, pero nuestra tierra es maravillosa", dice Sofía y se dirige a todos los padres del mundo cosmopolita de hoy:
"Quiero dirigirme a todos los que están casados con extranjeros: recuerden que no hay nada malo en que sus hijos aprendan varios idiomas. No hagáis caso si os dicen que los niños no empezarán a hablar a tiempo si les habláis en más de un idioma. Se lo digo por experiencia personal. Estoy casada con un italiano, vivimos en España, mis hijos hablan cinco idiomas y no han tenido ningún problema. Desde los cinco años estudiaban en las clases online de la escuela búlgara. Todos los sábados y domingos se sentaban y estudiaban lengua, historia y geografía búlgaras, y todo lo relacionado con Bulgaria porque debían saber cuál es el origen de sus padres".
Y el mensaje de Sofía para su ciudad natal es que haya más personas amables y sonrientes. "Ya es hora de que aprendamos a disfrutar de los logros de los demás y a apoyarlos", dice Sofía desde Marbella, y continúa viviendo su historia, por supuesto, con buenos modales y con sonrisa - para ser embajadora de Bulgaria, como lo son todos y cada uno de nuestros compatriotas, por todo el mundo.
Autor: Vesela Krasteva
Versión en español: Alena Markova
Fotos: Sofía Ilieva
Los búlgaros de Besarabia son una parte “indisoluble del cuerpo búlgaro, de la comunidad búlgara espiritual y cultural. Persistirán ya que el lazo entre ellos y nosotros es inquebrantable”, se señala en el único número del periódico Besarabia búlgara..
La vida de los búlgaros en la República Checa es muy ajetreada. Trabajan en masa en distintas fábricas, el trabajo es por turnos, el cansancio se acumula y la gente no quiere viajar a la capital un domingo sólo para poder votar. Así explica Irena..
La jornada electoral en Reading, al sureste de Inglaterra, transcurre con calma. Se espera que voten unas 300 personas y en el único colegio electoral de la ciudad se puede votar sólamente en papel. Es la segunda vez que este colegio electoral cambia..
“Una historia como de película” es lo que solemos decir cuando escuchamos una narración increíble o captamos fragmentos por casualidad en la mesa..
Bulgaria, situada en el centro de antiguas civilizaciones, ofrece impresionantes curiosidades históricas, rodeadas de las mejores costas del mar Negro y..
Nuredin Nuredinaj proviene de la región histórico-geográfica de Gora, en el noreste de Albania, donde el 90% de los habitantes se identifican..