Los trasplantes y la reproducción asistida figuran entre los mayores logros de la medicina moderna. Gracias a los trasplantes de órganos, tejidos y células, desde 2005 hasta la fecha, se han salvado las vidas de 1,921 búlgaros. Los logros de la reproducción asistida permiten a miles de familias del país disfrutar de hijos felices y sanos. En las instituciones médicas del país se realizan trasplantes de corazón, riñón e hígado, así como de células madre, huesos, tendones, córnea y membrana amniótica, según los datos del sitio web de la Agencia Ejecutiva de Supervisión Médica, adjunta al Ministerio de Sanidad.
Las estadísticas actuales de las personas que necesitan un trasplante de un órgano específico al 3 de enero de 2024 muestran que el mayor número, 787, corresponde a las personas que están esperando un nuevo riñón.16 necesitan un hígado, 28 un corazón y 6 un trasplante de pulmón.
El último día de 2023 se produjo una situación de donantes que permitió realizar un trasplante de corazón y dos de riñón en los hospitales polivalentes Lozenets y Santa Catalina de la capital.
Al término de los mismos, los pacientes de 37, 56 y 68 años se encuentran en estado estable y permanecen en observación en las unidades de cuidados intensivos de las instituciones médicas. Aunque para los familiares de los donantes es difícil la decisión que tienen que tomar en un momento extremadamente difícil, el pensamiento de que salvarán una vida ayuda en la elección.
A un gesto así, que le salvó la vida, nuestro compatriota Gueorgui Peev, de Haskovo, sometido a un trasplante de corazón y riñón, le debe sus días. Con su vida activa y sus acciones de hoy, intenta animar a más búlgaros a no dudar si pueden dar una oportunidad a la vida.
"Mi causa personal es que en Bulgaria se puedan hacer más trasplantes y salvar más vidas. La gente no debe morir, sino tener la oportunidad de cumplir sus sueños, hacer felices a sus familias y estar satisfechos en el verdadero sentido de la palabra", explicó Gueorgui Peev en una entrevista con la corresponsal de BNR en Haskovo, Dora Atanasova.
Este hombre admite que se esfuerza cada día por demostrar que un trasplantado puede ser activo y llevar una vida con sentido. Así fue como se convirtió en el primer trasplantado en escalar el pico más alto de África, el Uhuru, en el monte Kilimanjaro.
A pesar de los retos y la larga caminata a gran altitud, Gueorgui asegura que su corazón y sus pulmones funcionaban con normalidad. Tampoco se manifestó el mal de altura agudo. Admite haber sentido dolor en las piernas y los brazos, pero sabe que no lo conseguiría sin dolor.
Cuando se está tan alto y tan cerca del cielo, probablemente sea normal pensar en estar cerca de Dios, agradecido por haber llegado vivo a la meta. Para Gueorgui, sin embargo, el sentimiento en ese momento es más diferente:
"Tengo otro tipo de relación con Dios. No voy mucho a la iglesia y no soy de los creyentes más profundos. Al mismo tiempo, creo que llevo la fe en el alma y, cuando tengo momentos difíciles, suelo pedir perdón a Dios, pero nunca me he preguntado si está más cerca cuando estoy arriba", señala Gueorgui, quien añade que siente cada nuevo día como una fiesta.
"Cada día intento ser mejor porque, tal y como me ha ido la vida, me siento obligado a hacer de cada día una celebración. Una celebración de la vida".
La historia personal de Gueorgui Peev demuestra que, incluso teniendo un sistema inmunitario fuerte, es posible enfermar y que eso cambie tu vida por completo. Su malestar pasó y Gueorgui volvió rápidamente a su vida cotidiana. Tres meses después, sin embargo, al joven le fallan los riñones. Resulta que fue una infección vírica "no grave" la que desencadenó la grave enfermedad renal. Comenzó el tratamiento de diálisis, pero los médicos señalaron que la única salvación fue un trasplante de riñón.
Sin perder tiempo, la madre de Gueorgui se hizo las pruebas de compatibilidad y resultó ser una donante adecuada. El 8 de octubre de 2012, el hombre ingresó en el hospital Alexandrovska, donde iba a ser trasplantado un día después. Sin embargo, la operación se pospone porque los médicos detectan también un grave problema cardíaco. A Gueorgui le diagnosticaron una miocardiopatía dilatada vírica que requería un trasplante de corazón. En 2013 le dijeron que había un donante y que el trasplante debía realizarse inmediatamente. Dos años después se realizó el trasplante de riñón diferido, después del cual Gueorgui ya vive una vida plena, con una nueva misión: inspirar a la gente a dar vida.
Texto: Yoan Kolev /basado en la entrevista de la corresponsal de BNR en Haskovo Dora Atanasova/
Versión al español de Borislav Todorov
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