Noruega no figura entre los países que atraen a emigrantes de Bulgaria. No obstante, alrededor de 6 000 ciudadanos búlgaros están registrados en la embajada de Bulgaria en Oslo, la capital noruega. La mayoría de los compatriotas búlgaros en Noruega trabajan tanto en la construcción como en el sector de servicios, y uno de los objetivos actuales de la comunidad búlgara allí es lograr una línea aérea directa permanente entre Sofía y Oslo. La capital búlgara es una de las pocas de Europa desde las cuales no hay vuelos de este tipo, salvo en el período de abril a octubre, cuando los opera una compañía de bajo coste.
Noruega no es miembro de la Unión Europea, pero gracias a sus yacimientos de petróleo y otros minerales, el nivel de vida de sus ciudadanos no deja de aumentar. Noexiste una actitud negativa hacia los inmigrantes; además, la demanda de mano de obra sigue en crecimiento. Aunque es difícil, aún es posible integrarse en la vida sin saber noruego, ya que el inglés también se habla en todas partes. Todo esto facilita las cosas a los búlgaros que buscan hacer carrera en el país nórdico.
Entre los búlgaros que eligieron vivir en Noruega por motivos económicos se encuentra Nikolay Vazov. Se instaló en Oslo con su esposa en 2006 sin tener casi ninguna información sobre el país, ya que ella consiguió un trabajo como médico allí. Él sigue trabajando como ingeniero informático y dedica su tiempo libre a la comunidad búlgara. En 2017, Nikolai entró a formar parte del consejo de la escuela "Habla Nativa" y, dos años después, ya forma parte de la lista de escuelas dominicales en el extranjero del Ministerio de Educación. En la actualidad, educa a 100 niños en Oslo y a otros 25 en su sucursal de Stavanger (Noruega). Con el permiso de la embajada, la escuela utiliza uno de los apartamentos de la misión búlgara, y se espera que consigan un segundo en enero.
"La escuela también forma parte de la Asociación de Escuelas Búlgaras en el Extranjero, aunque no participamos muy activamente porque, al igual que la mayoría de las escuelas en ciudades con un número relativamente pequeño de búlgaros, no podemos permitirnos contratar personal de forma permanente. Nuestros profesores solo trabajan los fines de semana. No podemos compararnos con escuelas en ciudades como París y Londres, donde hay varias y cuentan con profesores a tiempo completo."
"El perfil de la emigración búlgara en Noruega es muy diferente al de ciudades como París, Londres y Berlín", explica Nikolay:
"Tenemos un gran número de niños de grupos minoritarios, en su mayoría de etnia turca, y me encanta la persistencia con la que los padres envían a estos niños a la escuela. Por otro lado, no es muy fácil trabajar y comunicarse con estos padres, ya que suelen estar ocupados los fines de semana, y llevar a los niños les plantea dificultades."
Nikolay Vazov también señaló otro problema importante en el aprendizaje de la lengua búlgara: el hecho de que algunos padres no estén muy dispuestos a hablar con sus hijos en búlgaro en casa.
"El grupo más compacto de los que no hablan búlgaro en casa son los de etnia turca. Tratamos de estar en contacto con los padres todo el tiempo. Tenemos la suerte de conocer a padres muy bien intencionados, pero no tienen experiencia de vivir en un entorno multilingüe. Sus hijos viven en un entorno trilingüe: noruego, turco y búlgaro. A algunos de ellos les va bastante mal, por eso pedimos a los padres que reserven tiempo para hablar con sus hijos en búlgaro, ya que ellos lo hablan bien pero los niños no. Por eso digo que el perfil de la emigración en Noruega es peculiar, ya que es difícil convencer a los padres de que deben ayudar. Es importante que todos los niños que se matriculen en nuestra escuela hablen al menos un poco de búlgaro."
La escuela "Habla Nativa" es el mayor centro de personas relacionadas con Bulgaria y la lengua búlgara, pero no es el único lugar donde mantienen vivo el espíritu búlgaro. También lo es el grupo de danza folclórica "I-HA", creado en 2014. Sus líderes son Ani Kovacheva, Natalia Gueorguieva y su hija Mira Gueorguieva.
"Nos fuimos porque mi marido recibió una oferta de trabajo y decidimos que toda la familia debía estar junta", recuerda Natalia sobre su decisión de abandonar Bulgaria hace 10 años. Antes de irnos, Mira bailaba en un conjunto infantil, y extrañaba mucho el baile. Por casualidad, conocimos a Ani Kovacheva y decidimos que debíamos seguir conservando el espíritu búlgaro, los bailes, y así fue como surgió poco a poco el grupo "I-HA". Nos invitaron a una fiesta en la escuela búlgara de Oslo y allí los padres nos preguntaron si podíamos transmitir las danzas a sus hijos. Entonces decidimos crear el grupo de baile infantil, formado principalmente por niños búlgaros, pero muchos de los niños son de matrimonios mixtos".
Versión al español de Borislav Todorov
Fotos: Escuela dominical búlgara "Habla Nativa"
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