Al igual que muchos otros países europeos, Bulgaria tiene cientos de miles de ciudadanos que han elegido vivir en el extranjero. En general, podríamos dividirlos en dos tipos: la antigua y la nueva emigración. Las razones para acabar en el extranjero son, por supuesto, diferentes. Algunos de los que lograron emigrar hasta 1989, lo hicieron arriesgando sus vidas, en búsqueda de un nuevo comienzo al otro lado del telón de acero. La siguiente oleada de emigrantes comenzó meses después de la caída del Muro de Berlín, nuevamente impulsados por la esperanza de una vida mejor en Occidente, lejos de la transición búlgara la cual apenas había comenzado a dar sus primeros pasos en aquellos años. También se ha observado una ola de emigración de búlgaros después de la adhesión de Bulgaria a la Unión Europea, en 2007: algunos encontraron mejores salidas laborales, otros, tras estudiar en universidades europeas, acabaron construyendo sus vidas lejos de la patria.
En las últimas tres décadas, los búlgaros que viven en el extranjero han estado creando activamente sus propias asociaciones, escuelas dominicales o grupos de danza, que les ayudan a preservar su lengua, su cultura y sus tradiciones nativas. Una de estas asociaciones es "Lázarka", fundada en Munich en 1991, junto a la cual fue creado también un grupo de danza del mismo nombre, encabezado actualmente por Plamen Petkov. Plamen es un experto en software que se fue a Alemania "con suerte" en el año 2000, y se quedó allí al obtener una tarjeta verde, parte de un programa alemán orientado a contratar especialistas informáticos de todo el mundo. Una compañera suya alemana le mencionó que existía un conjunto folklórico búlgaro en Munich y, desde entonces, Plamen lleva formando parte de él ya 23 años, de los cuales los últimos 13 también se encarga de dirigirlo.
En una entrevista con Radio Bulgaria, Plamen Petkov retrocede en el tiempo para contarnos la historia del centro búlgaro en la capital de la provincia de Baviera:
"Se trata de un conjunto folklórico creado en los años 90 como una especie de asociación con un objetivo ideal. Fue creado por alemanes y por el coreógrafo búlgaro Belcho Stanev, que había descubierto el talento de los autóctonos. Hasta 2010, la mayor parte de los participantes del grupo eran alemanes. Con la llegada de más búlgaros a Munich a partir de 2007, para trabajar o estudiar, se fue creando un ambiente búlgaro y hubo una fusión entre los bailarines alemanes y los búlgaros. Actualmente, el conjunto es enteramente búlgaro pero este año han ido incorporándose los hijos de los alemanes que lo fundaron".
La dedicación y el cariño que sienten los alemanes de esta localidad hacia el folklore de Bulgaria, se deben sobre todo a la actividad de Belcho Stanev. El fue anteriormente el fundador del Ensamble "Varna" del que fue también director en el período entre 1960 y 1995.
“Este relato comienza un poco más lejos, con la caída del telón de acero tras la cual Europa del Este se abrió al mundo occidental”, explica Petkov. “Es precisamente en los Balcanes donde los extranjeros descubrieron estos bailes, ritmos y músicas tan interesantes. Pero los bailes búlgaros resultaron ser los más variados y por eso fueron los que más atrajeron la atención. Además, nuestros profesores tienen la capacidad de "enganchar" a los extranjeros con el folklore búlgaro. Belcho Stanev, que ya desde los años 90 organizaba seminarios en toda Alemania, desempeñó un papel importantísimo. Él mostraba y explicaba a los extranjeros cada detalle de nuestro folklore, de forma accesible e interesante, transmitiéndoles ese afán por aprender a bailar los bailes tradicionales búlgaros."
Hoy en día, son 35 personas las que bailan en la formación principal del Ensamble "Lázarka" en Múnich. Y hay otras 100 personas que asisten al club de baile adjunto donde ensayan repartidos por grupos de principiantes o de avanzados. Los bailarines de "Lázarka" actúan regularmente representando las tradiciones folklóricas búlgaras en diferentes eventos dedicados a la diversidad cultural en Alemania y Europa. Por supuesto, el programa de danza forma una parte inseparable de la vida cultural de la comunidad búlgara en Baviera.
“Nosotros en realidad estamos construyendo puentes”, explica Plamen Petkov, y se dirige a todos aquellos que se dedican al folklore búlgaro por el mundo: “Ojalá que cada grupo se sienta un constructor de este puente. Y de la relación entre el país o la ciudad en que vive - y Bulgaria”
Autor: Yoan Kolev
Versión en español: Alena Markova
Fotos: archivo personal / Plamen Petkov /, BTA
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