El Gobierno ha notificado a Lukoil Neftohim Burgás que, a partir del 15 de agosto, la refinería tiene un plazo de 30 días para entregar el control del puerto de Rosenets. En caso de que Lukoil se niegue a hacerlo, el ministro de Transportes deberá solicitar al gobernador de Burgás la incautación de la terminal conforme a la Ley de Propiedad Estatal. El Gobierno ha ordenado que, dentro de dos semanas desde la retirada de la concesión, la gestión operativa de las instalaciones y los servicios portuarios de la terminal sean transferidos a la empresa estatal "Infraestructuras Portuarias".

El contrato de concesión de Lukoil fue rescindido debido a una decisión parlamentaria que aplicó medidas restrictivas debido a las acciones de Rusia en Ucrania.