"Condeno enérgicamente el atentado contra la presa de Nueva Kajovka, que pone en peligro a muchos civiles, supone un grave riesgo para el medio ambiente y amenaza la seguridad de la central nuclear de Zaporiyia. Los responsables de este acto indignante deben ser juzgados", escribió el presidente Rumen Radev en Twitter.

El Consejo de Seguridad de la ONU ha constatado de manera categórica que el muro de la presa en la región de Jersón, controlada por Rusia, fue destruido por una explosión en las salas de máquinas de la central hidroeléctrica. Kiev acusa a Rusia de haber volado la instalación para provocar grandes inundaciones y detener una contraofensiva ucraniana. Moscú afirma que las tropas ucranianas dispararon misiles contra la instalación. Miles de civiles en la zona de combate se encuentran en peligro y sin poder ser evacuados.