El príncipe Boris era hijo del soberano Presiyan. En 865 pactó paz con Constantinopla, convirtiéndose al cristianismo junto con su familia. Adoptó el nombre de Mihail (Miguel) de su padrino, el emperador romano.
Con la conversión del pueblo al cristianismo y en busca de los mejor para el clero búlgaro, el príncipe Boris mantuvo negociaciones con Roma y Constantinopla. Logró la autocefalia de la iglesia búlgara e introdujo a Bulgaria en la familia de la civilización cristiana. Atrajo a tierras búlgaras a los estudiantes de los ilustradores eslavos, los santos hermanos Cirilo y Metodio, y estableció el inicio de la literatura búlgara.
En 889 tomó los hábitos y se retiró a un monasterio. Su sucesor, Vladimir, intentó restaurar el paganismo por lo cual el príncipe volvió al poder. Boris colocó al frente del Estado a su otro hijo Simeón. Regresó al monasterio y murió allí el 2 de mayo de 907.
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