El turismo gastronómico y enológico está cobrando fama en todo el mundo, Bulgaria incluida. Según la Organización Mundial del Turismo, este tipo de viajes se está convirtiendo en un factor clave para atraer a turistas de Europa, Asia y Estados Unidos para explorar a fondo un destino determinado. Vino, gastronomía, cultura y naturaleza van de la mano.
Bulgaria puede ofrecer toda una gama de experiencias auténticas con sabor a vino. "El vino se hace en las tierras búlgaras desde hace 5 milenios. Nuestro país tiene un enorme potencial en enoturismo", afirma Ivaylo Katsarsky, presidente de la Junta Directiva de la Asociación Búlgara de Profesionales del Vino y guía titulado por la organización mundial Wine & Spirit Education Trust. En sus palabras, antes de la pandemia, más del 95% de los viajeros enoturísticos en Bulgaria eran extranjeros. Ahora, sin embargo, los búlgaros también han empezado a interesarse por el enoturismo.
Además de ser rentables, las rutas del vino encajan muy bien con el concepto de sostenibilidad, exclusividad, precios más altos, grupos más reducidos y experiencias de alto nivel", afirma Ivaylo Katerski. Los interesados pueden pedir ayuda a un operador turístico especializado que le prepare el itinerario desde el inicio hasta el final. O pueden organizárselo solos.
Los turistas pueden encontrar amplia información en internet, donde también hay numerosos mapas en línea de bodegas en las distintas regiones vinícolas del país.
"Es bueno que las cosas vayan evolucionando. Todo empezó en el valle del río Struma y las bodegas de los alrededores de Melnik. Luego empezó a desarrollarse el enoturismo en la zona de Plovdiv, en el noreste de Bulgaria y en la parte sur de Sakar. La bodega "Vinari Severozapad" también está progresando, dice Katerski. En estos mapas, algunas disponibles en línea, otras no, se pueden encontrar casas vinícolas para visitar. Hace un año, el Ayuntamiento de Sofía nos encargó a hacer un mapa vinícola de Sofía con lugares que presentan los vinos búlgaros según criterios totalmente objetivos, sin trucos comerciales".
En Bulgaria hay más de 70 bodegas que desarrollan el turismo enogastronómico, según los datos de la Asociación Búlgara de Profesionales del Vino. Una gran parte de estas bodegas disponen de alojamiento en hoteles. A menudo se organizan actividades de ocio adicionales, como cicloturismo y visitas culturales, entre otros. Las variedades locales de vino son la tarjeta de visita de un destino. "Cuando uno va a la Toscana quiere probar Chianti y Sangiovese, el 99% de nuestros huéspedes también insiste en probar una variedad local búlgara", dice Ivaylo Katzarski, y añade:
"Ya sea Dimyat, o Mavrud, o Shiroka Melnik, cada variedad es emocionante, valiosa y bella a su manera. ¿Cómo reaccionan los turistas internacionales? La mayoría son aventureros, gente que ha viajado mucho. Han estado en Francia, Australia, Chile, España, Italia y ahora quieren probar y experimentar algo nuevo. Apenas han oído hablar de Bulgaria, y ya vienen con los ojos bien abiertos. Especialmente los norteamericanos: no tienen reservas ni prejuicios. Están muy satisfechos y gratamente sorprendidos tanto por los vinos como por la comida que se ofrece en bodegas familiares, pequeñas pensiones y restaurantes de toda Bulgaria. Sus reacciones son muy positivas", concluye Ivaylo.
Versión al español de Borislav Todorov
Fotos: Facebook / Ivaylo Katerski
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