En plena Guerra Fría entre los bloques oriental y occidental, la competencia era económica, militar, ideológica y, sobre todo, tecnológica. En aquella época, Bulgaria bullía de una intensa actividad científica, ingenieril e inventiva, que gozaba del apoyo constante del gobierno comunista.
Era el año 1964. En el Instituto de Investigación de la Industria Eléctrica, un talentoso científico búlgaro, el Ingeniero Hristo Bachvarov -autor de un montón de inventos en el campo de la electrónica y la radiodifusión-, creó un verdadero milagro: ¡un teléfono portátil de mano, con el que uno podía contactar con quien quiera, por muy lejos que estuviera! El ingeniero Bachvarov incluso instaló personalmente un dispositivo de este tipo en el coche del entonces jefe de Estado Todor Zhivkov. También admite que montó su primera pieza experimental a partir de lo más ordinario: una jabonera.
Así, casi dos décadas antes de que el primer teléfono móvil creado en EE.UU. conquistara los mercados mundiales, marcando el inicio de una nueva era tecnológica, el teléfono búlgaro RATS-6 salió silenciosamente a la luz:
"El GSM estándar se desarrolló después de 1982 y se patentó en 1991 del siglo XX. En la época en que se creó el teléfono móvil búlgaro, los radioteléfonos creados en el extranjero eran simples emisoras portátiles o pequeños receptores de radio de transistores con un alcance limitado que solo podían utilizarse para llamadas entrantes. Sin embargo, el teléfono búlgaro RATS-6, podía utilizarse tanto para llamadas entrantes como salientes" -explica Anton Orush- investigador, coleccionista de tecnología búlgara y autor del sitio web sandacite.bg.
El RATS-6 poseía el disco de marcar los números, tan típico de aquella época. Debajo había una malla metálica que ocultaba un micrófono-altavoz combinado. Antes de iniciar la llamada, el que lo usaba tenía que sacar la antena telescópica, de unos 30 cm., luego marcar el número y ¡ya estaba! "El aparato también podía funcionar con la energía de la batería del coche. En su versión portátil, cabía en una bolsa del tamaño de una cámara de un fotógrafo aficionado", dice Anton Orush, y añade:
"Se trata de un aparato inalámbrico equipado con un radiotransmisor en miniatura que emite a un dispositivo especial montado en la central telefónica de la ciudad o en un poste telefónico independiente. El aparato RATS-6 recibe las ondas de la radio, las convierte en impulsos eléctricos y les conecta con el abonado telefónico".
El RATS-6 hizo un gran furor durante las exposiciones internacionales especializadas Inforga 65 e Interorgtechnika 66 en la URSS, donde se presentó como medio de comunicación entre quienes trabajaban en las industrias de la construcción y la energía. A mediados de los años 70 del siglo XX en Bulgaria ya se había construido un complejo de pruebas con mecanismo para un sistema nacional de comunicaciones móviles. Sin embargo, a partir de 1977 los trabajos en esta dirección se interrumpieron bruscamente. ¿Por qué?
"A veces sucede así que para introducir un nuevo producto en la producción, es necesario realizar modificaciones que difícilmente podrían ser llevadas a la práctica. Esta es una de las razones por las que este teléfono se quedó en unidades sueltas. Pero, también hay otra. Tras dejar patente este invento, se clasificó y se suspendió el trabajo de construcción de un sistema de comunicaciones móviles a escala nacional porque los militares mostraron interés en el aparato. No se sabe si este teléfono se utilizó en el ámbito militar", concluye Anton Orush.
En las siguientes publicaciones se relatan más inventos búlgaros interesantes:
Versión en español de Borislav Todorov
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