Madán, famosa como una ciudad minera, ha convertido el sustento de la población local en una atracción turística gracias a un museo.

Exactamente 40 años después de que fuera cancelada la labor de la mina local, ésta despierta a una vida nueva, evocando el pasado no muy lejano en una exposición museística. Desde finales de 2022 se puede visitar el Museo de la minería en esta pequeña ciudad en el monte Ródope para conocer la vida de los mineros, marcada por el arduo trabajo y el riesgo de accidentes. No es casual que la mina en la ciudad se llama Suerte (Spoluka, en búlgaro).  

Antes de entrar a los turistas se les reparten los cascos de seguridad obligatorios para poder adentrarse en el mundo subterráneo. Allí los esperan las figuras de mineros, que se ocupan de distintas actividades.

“La mina tiene 140 metros de largo, ha señalado para Radio Nacional de Bulgaria el director del proyecto Biser Kurdzhiev. Hay una vía férrea y todas las instalaciones funcionan, pueden ponerse en marcha los compresores, los agregados y las pistolas… 

Todo esto sigue funcionando hasta hoy en día. A las personas les es interesante conocer la vida de los mineros y la manera en que se ganan el pan de cada día. Pueden ser vistos los sustentos que se usan en las minas, tenemos sustentos de hormigón y de metal, arcos de metal con sustentos de madera, etc. Todo esto sigue funcionando hasta la actualidad.  

Los bellos cristales descubiertos a cientos de metros debajo de la superficie de la tierra en la región de Madan pueden ser apreciados en la sala de cristal creada en el lejano 1984. Los turistas quedan impresionados por el diseño de la sala y de la manera en que están ordenadas los ejemplares.

“En nuestra sala hay casi 600 ejemplares, cuenta la guía Asia Milanova. Todos ellos son distintos, no hay ejemplares que se repitan. No existen cristales idénticos, se trata de creaciones de la naturaleza que ha trabajado sobre ellos millones de años y son únicos. Son muy pocas las minas donde podemos ver galinito y sfalerito con sus magníficas grietas de cristal.  

Nuestros cristales desean estar en su entorno natural. Están en el seno de la tierra y les agrada estar en la oscuridad, sin cambios bruscos en la temperatura y lejos de la luz del sol porque en algunos de los cristales hay manganeso y si se exponen a la luz éste se vuelve pálido y pierde su color. Entre los ejemplares interesantes está las piedras semi preciosas cleofanas que no se pueden ver con a simple vista. Cuando dejamos al cleofano a la luz solar, éste se carga y cuando lo ponemos en la oscuridad sigue brillando”.

Aparte del museo Suerte, que acaba de ser abierto y la sala de los cristales, los visitantes de Madan podrán visitar la cueva de Sharenka, que dista unos 2 kilómetros de la ciudad. Allí se puede conocer la vida de los tracios que habitaban esta parte de los Ródopes en la época de bronce (siglos XVI-XII). 

Recientemente la cueva Sharenka ha sido reconstruida y asegurada. A juicio del alcalde de Madan, Fahri Molaseinov, la idea es que mediante los sitios turísticos  el ayuntamiento atraiga el mayor número posible de turistas. Para este fin está previsto habilitar nuevos senderos ecológicos en la región.  

Vesrión al español de Hristina Taseva