Despedimos otros 12 meses en los que Bulgaria no ha abandonado los últimos puestos de la clasificación de las rentas más bajas y los trabajadores más pobres entre la población europea. Si a principios de 2022 se plantearon dos objetivos económicos principales: frenar la inflación y reducir las desigualdades sociales, al final del periodo podemos confirmar que algo salió mal durante el año y en vez de mejorar la situación material, a los búlgaros se les instó una vez más a votar en las elecciones parlamentarias anticipadas que resultaron infructuosas. ¿Cuánto tiempo seguirá así y hay luz al final del túnel?
Una dosis de optimismo encontramos en las palabras del economista Lachezar Bogdanov:
"Según los datos estadísticos de los cuales disponemos de momento, 2022 ha sido un año bastante exitoso desde el punto de vista económico", declara el analista en una entrevista para Radio Bulgaria. No sólo nos hemos recuperado de la pandemia y de los problemas que ésta causó en la economía mundial y en la economía búlgara, sino que tenemos un crecimiento económico aceptable, el nivel del desempleo está en un mínimo histórico y el crecimiento de los ingresos del sector privado es evidente.Tenemos récords históricos de producción industrial y exportaciones. El turismo se ha recuperado de la pandemia y de hecho hemos tenido un año muy fuerte. En los servicios digitales, las empresas han registrado muy buenos resultados un año más. El aspecto negativo es la crisis de los precios de la energía y aquí debo añadir que en Bulgaria ni siquiera hay una crisis energética que se exprese en problemas de suministro o escasez de electricidad. Tampoco hay problemas con el gas natural, a pesar de la suspensión de los suministros de Rusia. No ha habido interrupciones en el suministro a los hogares ni en el de las empresas de calefacción y los comercios, el único problema sigue siendo el precio. El gran cambio es la galopante inflación o el crecimiento de los precios al consumo, que hace que el panorama sea diferente al de la década anterior. En otras palabras, la economía funciona, las empresas van bien, el mercado laboral funciona bien, pero tenemos una clara subida de los precios al consumo y, por tanto, eso domina en el análisis de lo que ha ocurrido durante el año."
En vísperas de 2023, el economista ve motivos de preocupación desde el punto de vista de los procesos económicos globales que se van aproximando a Bulgaria:
"Bulgaria es una economía muy abierta y por eso cuando las grandes economías se recuperaron buscaron las buenas condiciones, los productos y los destinos turísticos búlgaros. Así eran las cosas hasta 2022, pero el panorama económico para el año que viene empieza a empeorar con el aumento de la inflación, la reacción de los bancos centrales y el endurecimiento de la política monetaria, con tasas de interés más altas y acceso más difícil a para la obtención de créditos. Esto afectará sin duda a la dinámica económica. Todo lo que depende del nivel de las tasas de interés será afectado. Debemos prepararnos para una situación que llevará a una contención de la inflación, pero también al encogimiento de la actividad de algunas empresas y a posibles cortes de personal".
Otro tema importante que preocupa a economistas y analistas en estos tiempos inseguros es la disposición de Bulgaria a adherirse a la Eurozona, que ha sido anunciada como un objetivo a lograr a principios de 2024: "Bulgaria tiene una historia de 20 años desde sus primeras intenciones de incorporarse a la Eurozona, incluso con la adopción del Consejo de Control Monetario en el país", señala Petar Ganev, investigador jefe del Instituto de Economía de Mercado:
"Los pasos concretos que Bulgaria ha dado en los últimos 4-5 años son: una carta de intenciones, compromisos que debe cumplir el país para entrar en el mecanismo monetario, entrada en la Sala de espera, dos años de permanencia allí, luego se fijó una fecha para 2024. Se trata de un proceso largo que sigue su propia lógica. A partir de ahora, la cuestión es si Bulgaria será capaz de dar los pasos necesarios. Entrar en la Zona Euro, o permanecer fuera de ella, no es algo que automáticamente convierta la economía búlgara en buena o mala. Nuestra prosperidad depende de las políticas que adoptemos como la política fiscal, los cambios en el mercado laboral, los pasos hacia una economía hacia de un mayor valor añadido. Sin duda hay algunos elementos que pueden acelerar estos procesos. Por ejemplo, un aumento del calificación de crédito, los buenos mensajes enviados a países extranjeros, la oportunidad potencial de atraer nuevos inversores y un mayor grado de seguridad”.
Versión al español de Borislav Todorov
Fotos: Pixabay, BGNES
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