El álbum “Iglika” recoge nueve composiciones originales del famoso saxofonista búlgaro. Cada una de éstas es como una pieza de un mosaico multicolor y cuenta experiencias personales y sucesos de la vida que han marcado el camino del artista en los últimos años. Su música, una colorida mezcla de jazz contemporáneo y elementos folclóricos búlgaros, es brillante, emocionante y repleta de ingeniosos virajes melódicos. En palabras de Vladimir, algunas de las piezas reflejan temas contemporáneos. Como Refugee (Refugiado), en la que el compositor se imaginaba que estaba entre la gente por la cual siente gran compasión: los refugiados que huyen de la agresión, la violencia y la pobreza y buscan un nuevo hogar. “La ronda típica búlgara joró en Berlín” está dedicada a la capital alemana, donde Vladimir ha vivido y trabajado durante más de 20 años. “Esta ciudad tiene un sinnúmero de caras y culturas que deseo que algún día puedan tomarse de la mano y bailar una ronda típica búlgara joró", comparte él. ¿Cuál es la composición que “inaugura” el álbum y cómo continúa esta extraordinaria historia? Vladimir Karparov cuenta en una entrevista para Radio Bulgaria:
“Cuando tenía que ordenar las piezas para el álbum, decidí conectarlas con el significado de sus nombres y unirlas en una historia relacionada con mi vida personal. La música y mi vida personal son un todo para mí. El álbum comienza con la pieza Merak (Deseo), que es mi deseo en el sentido musical, lo que me hizo tocar el saxofón, crear mi propia música original, trabajar y desarrollarme. La siguiente pieza está dedicada a Kamelia, mi mujer, mi musa. Ella es de la región de Pazardzhik, y le encanta bailar bastante complicadas rondas típicas búlgaras. En realidad, así es como nos conocimos: ella encabezaba la ronda durante una celebración aquí, en Berlín. Estoy muy contento de que todas las ilustraciones del álbum son de mi hija, que tiene 6 años y se le dan muy bien las artes visuales.
La inspiración para una de las piezas más coloridas “Silvester Kyuchekˮ viene de una situación divertida, pero también un poco extraña, en la que casi todos los músicos se han encontrado alguna vez, continúa Vladimir:
“Me habían invitado a tocar en una fiesta de Nochevieja para gente que no conocía, me llamó un DJ que tampoco conocía. Tuve que tocar junto con un playback. Tengo experiencia en una gran variedad de géneros, pero en aquel momento algo no funcionaba. Hice lo que pude, pero uno de los organizadores no lo consideró así. Me pagaron y me fui antes de que terminara la fiesta. A la salida, unas damas me dijeron que se habían divertido muchísimo. Regresé a casa donde me esperaba mi familia absolutamente confundido y pensando que No hay mal que por bien no venga. Fue entonces cuando compuse esta pieza, se me ocurrió en el coche mientras volvía a casa y mientras pensaba que quizá no debía comprometerme con tales eventos y que todavía tenía más cosas que dar al mundo como músico".
Todas estas variadas historias musicales serán presentadas en Berlín por el cuarteto Vladimir Karparov, en el que también participan Daniel Stawinski (piano), Igor Spallati (contrabajo) y Dimitris Christides (batería). Algunas de las piezas se interpretarán en Bulgaria en abril, en un concierto de Vladimir Karparov con la Big Band de la Radio Nacional de Bulgaria, para cual ha recibido una invitación del director Antoni Donchev.
“Estoy muy agradecido por esta oportunidad, actualmente estoy preparando los arreglos. Espero interpretar el programa del disco con el cuarteto en uno de los festivales búlgaros".
Versión al español de Borislav Todorov
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