Hace 145 años, tras haber sido acusados en difusión de literatura rebelde, fueron ahorcados cuatro libreros de Sofía. Inmediatamente después de la Liberación de 1878 el decano de la edición de libros en Bulgaria Hristo G. Danov, propuso que se erigiera un monumento en su honor. En 1889-1891 fue construido el Puente de los Leones, que es guardado por cuatro leones, impresionantes por su belleza y majestuosidad, que simbolizan a los cuatro revolucionarios que murieron por la libertad del país: Gueorgui Stoitsev, Stoyan Tabakov, Nikola Krushkin y Kiro Geoshev.
Son pocas las personas que saben que los libreros en realidad eran cinco. El quinto “león” era Nikola Vardev.
“Nikola Vardev y Stoyan Tabakov eran primos. Eran ovejeros, después comerciantes de alquitrán. En 1864-1865 juntos abrieron la primera auténtica librería de Sofía, cuenta la historia de su familia Boris Vardev, sucesor directo de Nikola Vardev. Vendían literatura religiosa, libros, ediciones impresas. Los dos jóvenes de la pequeña aldea de Yakoruda emprendieron el camino del saber y de la luz”.
En el marco de unos años el resto de los libreros abrieron sus tiendas en los sitios más concurridos de la futura capital búlgara. En 1870, después de que Vasil Levski fundara el Comité Revolucionario de Sofía, ellos se sumaron a éste como sus miembros y comenzaron a difundir literatura rebelde. La peligrosa mercancía se conservaba en nichos secretos y se transportaba en baúles de doble fondo. En 1877, cuatro años después de la muerte de Levski, los libreros fueron capturados y condenados a muerte. Nikola Vardev se salvó milagrosamente.
“Existen algunas versiones de la captura de estos correligionarios del Apóstol de la Libertad. Indudablemente estaban perseguidos por actividad rebelde, dice categórico Boris Vardev. El líder de la organización secreta ideó un plan para que al menos uno de los libreros se salvara y que pudiera ayudar a las familias de los demás. ¿Cómo lo hicieron? Mediante un sorteo. Nikola Vardev tuvo la suerte de salvarse. Él aprovechó la legislación turca y dijo que quería adoptar el Islam, pero ya sabía que la Guerra Ruso-Turca estaba en un momento muy avanzado y que pronto Sofía y él estarían libres”.
El ahorcamiento de los cuatro libreros de Sofía fue demostrativo: fue hecho frente a sus librerías, en un día de mercado, como una lección para los demás. El 15 de noviembre de 1877 los cuatro libreros perdieron la vida pocos meses antes de la Liberación, sin ver su patria liberada. Nikola Vardev quedó para continuar su obra. Esperó la libertad en la cárcel. Murió en Sofía en 1915 a los 81 años de edad, y hasta su último día fue mecenas de la cultura y de la educación.
“Era un gran donante antes y después de la Liberación. Comenzó a trabajar como jurista, después se desempeñó como abogado y juez provincial, continúa u relato Boris Vardev. Con el dinero que ganaba hacía donaciones en su aldea natal Yakoruda. Es uno de los grandes donantes de la casa de cultura de Yakoruda, regaló objetos eclesiásticos y libros litúrgicos al templo, fundó una beca para los alumnos. Los vecinos de Yakoruda pusieron su nombre a una de las calles y las efigies de Nikola Vardev y Stoyan Tabakov se pueden ver en la fachada de la escuela junto con las de otros próceres de la ilustración de la aldea”.
No hay miembro de la familia Vardev que no se haya dedicado a la actividad revolucionaria o a la beneficencia. Boris Vardev también siguió los pasos de sus abnegados ancestros. Durante largos años se dedicó a actividades públicas y hace casi 20 años junto con amigos suyos creó la casa de cultura Mladost 2003, de la ciudad de Samokov.
“Hay muchas familias como los Vardev. Son las familias que crearon la Bulgaria actual, dice él. Familias que proceden de pequeñas aldeas y llegaron a las grandes ciudades donde se convirtieron en difusores de la idea de la libertad y el desarrollo. Son los fundamentos de la Bulgaria moderna. Estas es la verdadera historia de Bulgaria. ¡Esto es Bulgaria!”.
Versión al español de Hristina Táseva
Fotos: Desislava Semkovska, archivo personal
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