“Bulgaria cuida mejor de todos los países la UE de sus refugiados, desde el primer día de su llegada están instalados en hoteles pero las finanzas se han agotado”. Es lo que declaró a finales de la semana pasada para Televisión Nacional de Bulgaria el ministro interino de Turismo, Ilin Dimitrov. Hace pocos días el Gobierno tomó la resolución de cancelar la instalación de refugiados ucranianos en hoteles privados y alojarlos solamente en instalaciones estatales. El programa de ayuda humanitaria para las personas que huyen de la guerra fue prolongado por segunda vez en el último momento. En palabras del ministro del Interior Iván Demerdzhiev éste será aplicado hasta principios de 2023 después de lo cual “el Parlamento debe tomar una resolución duradera sobre el asunto”.

A los ucranianos que ahora están instalados en hoteles se les dio el plazo gratis hasta el 15 de noviembre para abandonarlos. Los hosteleros de la costa búlgara del mar Negro salieron a protestar en defensa de los refugiados que están alojados en sus bases, mientras que una parte de los propios ucranianos se fueron a Constanza en Rumanía donde hay un programa estatal seguro hasta junio.

• Se prorroga el programa para el alojamiento de refugiados ucranianos en Bulgaria

Falta una estrategia a largo plazo para respaldar e instalar a los refugiados en Bulgaria y esto les hace muy inseguros, ha señalado para Radio Nacional Rositsa Atanasova, abogada de la fundación Acceso a Drechos.

“Desde el inicio estaba claro que su alojamiento en los hoteles es una medida de crisis inviable a largo plazo.

Las constantes mudanzas no propicia la integración de los refugiados. Falta todo tipo de medidas consecutivas que ayuden a estas personas a comenzar una vida independiente en Bulgaria. Ellos afrontan el difícil dilema de arreglárselas solos en la vida, como hizo una gran parte de ellos, o estar completamente dependientes de estado”.

“Uno no puede tratar a los refugiados como a objetos. Se trata de madres con hijos pequeños, ancianos y minusválidos, ha señalado para Radio Nacional de Bulgaria Tatyana Kristi, de la fundación Corazón Abierto que lleva varios meses ayudando a las personas que huyen de la guerra. Ella expresó que duda de las condiciones adecuadas de vida en las instalaciones estatales sobre todo en los próximos meses de invierno.

“Hemos asegurado instalaciones estatales y municipales que son idóneas para las condiciones del invierno”, le ha respondido indirectamente Konstantin Botev, experto estatal en la dirección de Política Turística en el Ministerio de Turismo y miembro del grupo interinstitucional que toma las resoluciones para los refugiados de Ucrania.

“Allí dispondrán de alimentos, calefacción y electricidad. Las instalaciones están en todo el país. La mudanza está prevista del 1 al 15 de noviembre. No tengo información de que alguien estará instalado en furgones”, ha señalado.

“Los hoteles no pueden ofrecer integración”, dice categórica Kremena Kuneva, diputada por la Alianza Bulgaria Democrática y cofundadora de la Fundación Por el bien.

“A fecha de hoy, 8 meses después del inicio de la guerra, ni siquiera hemos cambiado el estatuto de estas personas, no se ha especificado quiénes de ellos son necesitados, ancianos, enfermos, quiénes son madres de hijos pequeños que no pueden trabajar. Todo se reparte de forma igual y de este modo obstaculizamos su integración. Las cosas se hacen en el último momento, en dependencia de la situación”, dice Kúneva.

Para la abogada Rositsa Atanasova la resolución del caso está en la formación de una comisión especial interinstitucional que trabaje exclusivamente sobre los problemas de los refugiados ucranianos.

Según datos de la página web estatal Bulgaria por Ucrania, desde principios de la guerra unos 55.000 ucranianos han quedado en Bulgaria, poco más de 16.000 han sido alojados en instalaciones estatales.

Versión al español de Hristina Táseva