El 8 de noviembre la Iglesia Ortodoxa Búlgara venera a los guardianes celestiales de la luz y la justicia, que elevan las oraciones de los santos ante Dios. Se trata de los arcángeles Miguel, Gabriel, Rafael, Uriel, Salatiel, Jegudiel y Barachiel. Para el pueblo búlgaro el día de San Miguel Arcángel es la segunda fiesta más importante del calendario otoñal, después del día de san Demetrio.
Las grandes fiestas religiosas nos invitan a redescubrir las raíces espirituales búlgaras y las excelentes condiciones del clima que nos ofrece este otoño hacen los viajes a los monasterios ubicados en las montañas muy emocionantes.
Uno de estos destinos espirituales es el del monasterio de San Miguel Arcángel que es parte del complejo monacal Santo Monte de Sofía. Está situado en el declive norte del monte Plana planina, cerca de la aldea de Kokályane, a 10 kilómetros al sur de Sofía. El acceso al monasterio es difícil, hay que recorrer un abrupto sendero en el bosque que comienza poco después de la aldea, desde el llamado Puente de los Diablos, sobre el río Vedena, y continúa serpenteando al lado de la carretera que conecta Sofía y Samokov, siguiendo el curso del río Iskar.
Los científicos consideran que el cenobio fue creado en el siglo XI, durante el reinado del zar Samuel, y poseía muchos inmuebles. Durante la conquista de Bulgaria por los osmanlíes, después de la caída de la fortaleza de Urvich, cuyos restos están al otro lado del desfiladero del río Iskar, al monasterio fueron trasladados muchos objetos valiosos y libros antiguos. Entre estos se encontraban dos reliquias del Segundo Reino Búlgaro relacionados con el último soberano zar Iván Shishmán: un porongo de plata y una copa incrustada de oro.
Posteriormente, durante el reinado osmanlí, el monasterio fue incendiado y saqueado en dos ocasiones y en 1858 fue restablecido por el hieromonje Jrisand, que llegó del monasterio de Rila. La actual iglesia del complejo fue construida en 1896 sobre los restos de la antigua. Aparte del templo, el monasterio posee dos capillas, el campanario fue erigido en el año 2000.
A pesar de los ataques el monasterio de Kokályane logró conservar la llamada Colección de Urvich, que contiene sermones de alabanza a los arcángeles Miguel y Gabriel. Es muy valioso el sermón de san Clemente de Ojrid. Hasta el año 1870 allí se conservaba una copa real de cristal incrustada con flores de oro pero fue roto por uno de los monjes del monasterio.
Más detalles sobre uno de los complejos monásticos más majestuosos y su historia pueden leer en la siguiente publicación de Radio Bulgaria.
Versión al español de Hristina Táseva
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