Las autoridades búlgaras han logrado organizar la jornada electoral de manera adecuada, pero a pesar de esto existen algunos déficits que deben ser eliminados, señala el informe de la misión de los observadores extranjeros de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa y de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa que fue hecho público el 3 de octubre. 

“La campaña tenía carácter competitivo y muchos de los participantes lograron presentar sus visiones sobre distintos temas. Sin embargo, con frecuencia se podía oír un tono negativo y la campaña fue marcada por acusaciones mutuas entre los partidos de corrupción y malversaciones”, se señala además en el documento. La actualidad de las listas electorales y la falta de funciones de acceso a las máquinas para las personas que tienen distintos tipos de limitaciones también han sido señalados como defectos sobre los cuales hace falta trabajar.

Sobre el telón de fondo de estas constataciones no faltaban otras irregularidades que no impidieron la celebración de las elecciones pero eran unas experiencias desagradables.

Margarita Takac es una voluntaria que participa en el proceso electoral y que desea que un mayor número posible de personas ejerzan su derecho a voto. Por razones de salud, ella tuvo que retirar su candidatura como miembro de la comisión electoral en Memmingen para el voto del 2 de octubre.

Lo hizo cuatro días antes de la jornada electoral, un plazo suficiente para tachar su nombre de la lista de los miembros de la comisión. Margarita avisó tanto a la Junta Electoral Central como a la representación diplomática de Bulgaria en Múnich. 

“En mi caso a pesar de haber enviado una solicitud cuatro días antes no fue tomada una decisión al respecto hasta finales de la jornada electoral. Esto sucedió a pesar de las llamadas del jefe de la comisión electoral y del Ministerio de Exteriores.

A primera vista parece que se trata de un problema que no es tan importante por tratarse de un miembro de la comisión. Este problema, sin embargo, debe ser visto en el contexto de la tecnología según la cual se llevan a cabo las elecciones fuera de Bulgaria”.

En sus palabras, tales problemas pueden suceder durante cada tipo elecciones.

“Mi retirada obligó a la persona que me relevó a pasar todo el día en el colegio electoral, sin poder participar activamente en el proceso electoral porque no estaba autorizada a trabajar con los documentos ya que no había sido designada como miembro de la comisión electoral”, explica Margarita. Espero que este precedente no desmotive a los grupos de voluntarios para las futuras elecciones”.

Los intentos de sustituir a los voluntarios ya elegidos por personas de los partidos políticos es otro momento desagradable para nuestros compatriotas en el extranjero. Ivaylo Simeonov, de la ciudad alemana de Essen,  ha enviado una denuncia de este tipo a Radio Bulgaria. Él quiso desempeñarse como jefe de uno de los colegios electorales de la ciudad y movilizó a seis personas más para tomar parte en la jornada electoral. Sin embargo, resultó que en la lista aprobada por la Junta Electoral Central habían quedado solo dos de los candidatos propuestos y su nombre no estaba entre ellos.

“La intromisión de los partidos en este proceso sobra porque una gran parte de los voluntarios que organizan el voto no están vinculados concretamente a ningún partido y no desean ser atraídos por uno u otro partido bajo ninguna forma. Para nosotros la jornada electoral es una pequeña fiesta durante la cual tenemos la posibilidad de reunirnos, cumplir nuestro deber como ciudadanos y sentirnos más cerca de la patria a pesar de estar lejos de ella, dando la posibilidad a nuestros compatriotas a votar”.

De la imposibilidad de los búlgaros en Argentina a ejercer su derecho a voto nos ha informado Iván Tsankov. Pueden leer su entrevista aquí.

Versión al español de Hristina Táseva