Terminaron las elecciones para la 48ª Asamblea Nacional de Bulgaria. Los resultados están claros pero no se puede decir lo mismo acerca del futuro del país. Durante toda la jornada electoral, Radio Bulgaria siguió la votación de los búlgaros el mundo, comenzando con la apertura los primeros colegios electorales en Nueva Zelanda y Australia, pasando por Alemania, Gran Bretaña, Francia, Austria, Brasil, Italia, La República Checa, Macedonia del Norte y llegando a los EEUU.
Elecciones bien organizadas, que son un claro indicio de que el ejercicio del derecho a voto es un importante valor democrático, pero baja participación electoral, una leve confusión de cuál es la elección correcta: así se pueden resumir los comentarios que hemos recibido. En las voces de nuestros interlocutores se podía sentir el dolor y el deseo de ver una Bulgaria cambiada. Ellos luchan con lo que puedan para convertir al país en un lugar sagrado para sus hijos.
“Estoy decepcionado con los políticos búlgaros. Todos hacen promesas durante la campaña electoral pero cuando les toca cumplirlas no sucede nada, dice Asparuj Chukalski de Las Vegas. No se trata de unos pensamientos pesimistas, yo sé que nuestro pueblo puede trabajar duro sin contar con la ayuda de nadie, hacer del país un mejor lugar para vivir. A pesar de que abandoné Bulgaria hace 30 años sigo desvelándome por el país y quiero volver”, dijo este compatriota nuestro después de haber echar su último voto de esperanza en la urna, según señaló.
Otra opinión de América del Norte:
“Desde luego, los procesos son difíciles. Hay marcha adelante y marcha atrás pero lo más importante es mantener la democracia y los procesos democráticos y legales en el país, dice Teodora Konetsovska, activista y creadora de la plataforma civil Nuestra Voz, en Boston en EEUU.
“Del futuro gobierno espero supremacía de la ley, respeto a los derechos humanos y orientación europea”, es la postura de Denitsa Stoeva, que lleva 15 años viviendo con su esposo y sus tres hijos en Christchurch, en Nueva Zelanda y ayer formó parte de la comisión electoral de la ciudad por cuarta vez.
“Cuando uno vive cierto tiempo en un país como Nueva Zelanda, que es un Estado muy acomodado y donde se vive con facilidad, comienza a valorar la administración operante y el impacto positivo que puede tener en la vida de las personas. Es algo que he visto y aprendido aquí y me gustaría que se adopte también en Bulgaria”.
Entre los búlgaros ya se siente cansancio después de haber participado en tantas elecciones y de las promesas incumplidas de los políticos, dice Zhulien Zhelev, presidente de la Comisión Electoral Seccional de Viena. El expresó su amargura del interés que los partidos políticos muestran por las comunidades búlgaras en el extranjero solo en vísperas de las elecciones.
“Después la atención se centra en otros problemas. Los búlgaros en el extranjero necesitan estar estrechamente contactados con la patria. Esperamos que después de las elecciones se preste atención a las comunidades búlgaras fuera del país”.
Desde Argentina oímos las expectativas de un nuevo gobierno operante que prevenga la organización de nuevas elecciones anticipadas. Iván Tsankov, secretario de la asociación civil Los búlgaros en Argentina, ha expresado su gran decepción por el hecho de que él y el resto de los búlgaros fueron privados de la oportunidad de vitar. A pesar de que vive 22 años fuera de Bulgaria sigue los procesos en el país:
“La situación en la política exterior es una circunstancia muy preocupante ya que Bulgaria está cerca de una región donde se libra guerra y las perspectivas no son buenas. Amigos y familiares nuestros siempre subrayan sus miedos por el futuro a causa de ello”.
A juicio de Daniel Yanev, de Berlín, la polarización política que observamos continuará y algunas coaliciones serán un tabú, incluida la creación de una gran coalición entre los dos partidos que han obtenido el mayor número de votos: GERB y Continuamos con el Cambio.
”Creo que los partidos deberían poder presentar candidaturas de expertos pero es bueno que detrás de éstas haya responsabilidad política, dice Denitsa Stoeva. ¿Si soy optimista? A decir verdad me siento confundida y no tengo idea qué va a suceder después del 2 de octubre pero lo que más deseo es que haya previsibilidad, seguridad y un desarrollo positivo para Bulgaria”, termina diciendo Denitsa Stoeva, una compatriota nuestra que vive en Nueva Zelanda.
Versión al español de Hristina Táseva
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