Imagínense la oportunidad de estar en medio de la naturaleza, a unos pocos kilómetros del corazón de la gran ciudad, sentirse tranquilos y pensar en todas las posibilidades que les esperan mañana.

Precisamente eso ofrece por segundo año consecutivo el parque Vrana de Sofía, donde se encuentran las instalaciones de luces de Sofia lights, obra del equipo de Urban Creatures. Sus integrantes llevan ya diez años creando algunos de los murales de grafiti más impresionantes por su tamaño e impacto sobre fachadas de edificios privados, organizan festivales y trabajan a favor de un entorno urbano más bello en Sofía que se ajuste a los requisitos de los ciudadanos y del tiempo en que vivimos.

Su último proyecto, Sofia Lights, que se desarrollará del 1 al 8 de septiembre, alejará a sus espectadores del hormigón para adentrarlos en la naturaleza, que está iluminada de tal forma que puedan verse a sí mismos. Yasen Geshev, uno de los autores del proyecto, reconoce que no podría explicar las instalaciones con palabras, pero está convencido de que son para las personas que buscan descanso y contemplación.

“Ya estamos cansados. En los últimos años el modo de vida de la gente ha cambiado muchísimo. Se han roto los lazos inherentes que tenemos con la naturaleza y con lo espiritual, y todos se han puesto a mirar frenéticamente fotos en línea. En un momento, especialmente durante la pandemia, nos dijimos: “basta ya, estamos cansados”. Queremos hacer algo que sea para la gente como nosotros, que quiere descansar del trajín diario.  Resultó que no estábamos solos y que mucha gente tenía la misma necesidad. Lo más importante para mí son las cosas que Sofia Lights no es: no es un espectáculo ni un maping, no es una celebración ni una fiesta. Es algo muy meditativo y muy personal. Cada persona entiende las cosas que creamos de forma muy individual, en función de lo que ha acumulado como experiencia personal”, dice Gueshev para Radio Bulgaria.

Este año, los visitantes podrán provocar su experiencia personal entre las 21:00 y las 00:00 a través de tres nuevas instalaciones de luz: Megalito, Presencia y Luciérnagas. Debido al enorme interés, la instalación "Hilos Invisibles" será mostrada de nuevo.

“El propio arte sucede en la mente de las personas que se han sumergido en estas instalaciones”, cuenta él. Los títulos son una manera de mantener una comunicación más fácil pero lo que los une es la vivencia común a la cual tiene una gran aportación el lugar donde se encuentran las instalaciones.

“El parque Vrana es un lugar muy peculiar que fue creado a lo largo de 120 años. Allí hay unas vibraciones muy específicas que hacen que el tiempo se pare. En realidad utilizamos la naturaleza y esta energía para aportar más a su espíritu mediante las instalaciones que hemos creado y el resultado de verdad es impresionante”.

El parque es una verdadera obra de maestra del arte paisajista que fue creada en Bulgaria en la primera mitad del siglo XX como parte de la residencia de verano de los zares búlgaros Fernando i y Boris III, con una superficie total de 140 hectáreas. No cede por sus cualidades artísticas a los famosos parques creados en Europa en el siglo XIX.

Todo en el parque ha sido proyectado en formas que se aproximan a las de la naturaleza, algo que es típico para una gran parte de los parques europeos del pasado. El parque acoge a 821 especies de árboles, arbustos e hierbas algunas de los cuales están amenazadas de extinción. Hasta el 8 de septiembre serán parte de las instalaciones de Sofía lights.

“Hay muchos clichés acerca de la luz. La luz es una metáfora muy fuerte para el bien, para Dios y el amor. No es necesario que la luz brille. Si hay una lucecita a unos 100 metros ésta se nota y esta metáfora me gusta mucho para la época en que vivimos. Las pequeñas luces del bien se notan desde lejos y nosotros concebimos la luz precisamente en este contexto: no hace falta que lo ilumine todo, sino que sea algo que esté allí y pueda ser visto desde lejos”, dice Yasen Gueshev.

Versión al español de Hristina Táseva