El Gobierno búlgaro dimitió oficialmente después de la moción de censura votada hace una semana. Los motivos del partido opositor GERB, que promovió la moción de censura, son el fracaso en el ámbito de las finanzas públicas y la política económica.

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A pesar de ser legal, la moción de censura se ha producido en un momento en que pone en riesgo múltiples reformas en distintos sectores. De la realización de dichas reformas depende si a Bulgaria se le asignarán más de 6500 millones de euros en el marco del Plan de Recuperación y Sostenibilidad, el cual también fue presentado para aprobación con una gran demora. 

“Bulgaria se rezaga en más de un año respecto a las reformas con las cuales están vinculados los medios que el país recibirá del Plan de Recuperación y Sostenibilidad”, ha alarmado en la cadena televisiva bTV el economista Gueorgui Ánguelov. Su colega, Pétar Ganev, también cree que la demora del paquete de reformas es un problema sobre todo en lo referente a las reformas financieras.

“Cuando se postergan asuntos que atañen la obtención de medios europeos que pueden ser aprovechados en un periodo de crisis esto tiene un impacto directo sobre la economía”.

La precaria situación política en Bulgaria incide negativamente en el clima de inversiones, señalan los analistas. Algunos de los exitosos empresarios búlgaros también recelan que Bulgaria pueda dar marcha atrás en lo que se refiere al desarrollo de los negocios.

“Por primera vez en los últimos seis u ocho meses he percibido un cambio palpable. Vi a políticos que no se comportaban como políticos, que vienen de otro sector y que trataron de hacer algo provechoso para el país”, ha señalado en Radio Bulgaria el empresario Velizar Velichkov.

Por motivos similares salió a protestar frente a la Asamblea Nacional el propietario de la empresa unicornio búlgara Jristo Borisov. Su compañía fue creada hace cuatro años con el fin de respaldar a los empresarios en el manejo de los gastos corporativos y ya ha sido valorada a mil millones de dólares. Su auge se produjo a pesar de las regulaciones legislativas en Bulgaria y no gracias a éstas. “Más de 60 inversores se negaron a invertir en una empresa emergente de Bulgaria porque no creían que éramos capaces de crear un negocio rentable sobre la base del principio de mercado. Quince días antes de declarar la quiebra de nuestra empresa, en el año 2019, logramos atraer a uno de los inversores más exitosos de Europa quien nos explicó muy amablemente que teníamos que transferir nuestra propiedad en Londres, donde las leyes se acatan porque de lo contrario no haría la inversión. Necesitamos ocho meses para abrir una cuenta bancaria de la empresa en Londres porque somos de Bulgaria, y, además, 220 millones de euros en concepto de inversiones no fueron asignados al sistema bancario búlgaro porque aquí los bancos quiebran y nunca hay imputados por ello”, escribió el empresario en las red sociales.

“Independientemente del partido o del Gobierno que esté en el poder deseamos que los diputados sepan qué significa un ecosistema y cómo se crean compañías que pueden cambiar la trayectoria del país desde el punto de vista del valor añadido”, ha señalado Jristo Borisov en entrevista para Radio Nacional de Bulgaria. Es importante que sepan que los niveles de corrupción con los cuales se relaciona Bulgaria son una tarjeta de visita muy negativa que frustra las oportunidades de atraer capitales extranjeros. El hecho de que la libre expresión  y la libertad de los medios informativos ocupan niveles tan bajos también repele a los inversores. Todos los rátings que se publican por las agencias de rátings son de suma importancia porque son un indicio de la opinión que tienen los inversores acerca de la situación política en Bulgaria”.

Versión al español de Hristina Táseva

Fotos: Pixabay