Después de vivir la primera moción de censura exitosa de su historia más reciente, Bulgaria tiene un Gobierno destituido y una Asamblea Nacional desgarrada por los ataques entre los partidos políticos que la integran. Tanto la Asamblea Nacional como el Ejecutivo pueden seguir funcionando plenamente, pero queda en entredicho si se aprobará la actualización del Presupuesto Público, de la que dependen las medidas antiinflacionarias, que son importantes para una gran parte de la población, advierten los analistas.
La moción de censura prospera, pero plantea un problema con muchas incógnitas
“Todos los que comentamos las dificultades objetivas, las contradicciones inmanentes de la coalición y las continuas disensiones entre los socios, los encontronazos con la oposición, no nos hemos imaginado que este gobierno caería tan rápida y fácilmente –ha dicho en una entrevista con Radio Nacional e Bulgaria la socióloga Boryana Dimitrova, directora de la agencia demoscópica Alpha Research− . El impasse económico, la inflación, la situación geopolítica tensa hicieron que nadie ansiara el poder. Los analistas hemos reiterado una y otra vez que la ausencia de una fuerza política dispuesta a gobernar en esta situación parece prolongar la vida del Gobierno.”
Sin embargo, tras la caída del Gabinete, ha resultado que no es tan fácil armar el rompecabezas político. El callejón sin salida y la imposibilidad de que la Asamblea Nacional tome decisiones después de la retirada del Gobierno del partido Hay tal Nación, uno de los cuatro socios de la coalición, es más que evidente y unas elecciones legislativas anticipadas no son inviables.
A pesar de esta difícil situación, el primer ministro saliente, Kíril Petkov, ha declarado que su partido Continuamos con el Cambio (que es la mayor fuerza parlamentaria) aceptará del presidente Rumen Radev el mandato para formar gobierno en el marco de la actual Legislatura y procurará encontrar 121 diputados independientes dispuestos a apoyar al nuevo gabinete. Por su parte, su viceprimer ministro y titular de Finanzas, Asén Vasilev (también de Continuamos con el Cambio) se ha mostrado pesimista a ese respecto, y ha pronosticado que el país se encamina a unas nuevas elecciones legislativas anticipadas en otoño.
“Buscar el apoyo de unos cuantos diputados, sin un mecanismo claro a cual recurrir para poder contar con ellos ni saber qué tan sostenible será su voto, es un cuento para ingenuos o un gazapo político peligroso. En el contexto de crisis económica y política, sería difícil confiar en un gobierno que va a depender de un, diría, movimiento browniano de diputados que van y vienen. Semejante enfoque político es frívolo y la vía a las elecciones legislativas anticipadas está realmente abierta”.
En esta situación, la velocidad a la que girará la ruleta parlamentaria es decisiva antes de llegar a la disolución de la actual Legislatura, y depende del jefe de Estado. Hay plazos establecidos en la Constitución, pero él puede acelerar o retrasar la entrega del primer mandato lo suficiente como para que los diputados puedan aprobar la actualización del Presupuesto Público, un tema muy importante que preocupa a muchos búlgaros, ya que prevé un aumento de las pensiones por jubilación a partir del 1 de julio, la desgravación fiscal para las familias trabajadoras con niños y el apoyo al sector empresarial, relacionado con los precios desorbitados de la energía. En este sentido, el ministro saliente de Trabajo y Política Social, Gueorgui Guiokov, ha exhortado a los diputados a “mostrar sentido común” y respaldar las medidas sociales y antiinflacionarias establecidas en la actualización del Presupuesto Público.
“Hay muchos apetitos y pasiones en torno a los Presupuestos –ha comentado Boryana Dimitrova–. Una de las partes dice que satisfará varias reivindicaciones, mientras que la otra afirma que es una bomba de relojería que estallará el año que viene. Es difícil juzgar cuál es la verdad, pero en cualquier caso necesitamos un debate serio y una actualización presupuestaria sensata. Si esto sucederá y qué propuestas se harán entre la primera y la segunda lectura del documento en la Asamblea Nacional es un tema político importante que dará indicios qué futuras coaliciones podemos esperar o al menos cuáles serán las convergencias de principios económicos básicos.
Adaptado por Elena Karkalánova a base de una entrevista de Lora Tarkóleva
Versión en español de Daniela Radíchkova
Fotos: BGNES, archivo
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