El amor de un italiano por los animales y la naturaleza virgen del monte Rila ha convertido la bella aldea de Madzhare en un auténtico paraíso para adultos y menores. Esta villa se encuentra al pie de la montaña, no muy lejos del centro de esquiar de Bórovets. Desde hace unos años aquí se oye el rebuzno de burros ya que en la aldea vive una numerosa familia de estos simpáticos animales. Cuidan de ella Michele Crescentini y su pareja Oxana. Él es italiano, ella, una búlgara de Besarabia, que juntos han logrado cumplir uno de sus sueños. Hace unos años crearon una granja de burros que colma sus días de alegría y sentido.
“El interés es muy grande, las personas sienten curiosidad porque los italianos en Bulgaria suelen abrir restaurantes, mientras que nosotros abrimos un criadero de burros”, dice bromeando Michele.
Es nativo de la ciudad italiana de Pesaro. Hace unos diez años llegó a Sofía por motivos laborales y después se asentó en Samokov, en el sudoeste del país. Conoció a Oxana y en 2018 adquirieron una bella casa en la aldea de Madzhare, en la región de Samokov.
Reconoce que al principio le era difícil acostumbrarse a la nueva realidad y echaba de menos a sus familiares en Pesaro. “Los búlgaros son como mis compatriotas en el sur de Italia”, cuenta para Radio Bulgaria Michele y agrega:
“Los búlgaros son personas muy hospitalarias y dispuestas a ayudar, pero pertenecemos a distintas culturas y nuestro modo de pensar es distinto. Esto a veces es un obstáculo porque suelen vacilar en sus decisiones. Les gusta decir “No hay problema”. Pero con frecuencia resulta que sí hay un problema. Los búlgaros se parecen mucho a los sicilianos y los vecinos de Nápoles porque son personas muy cordiales y hospitalarias como ellos y no se dan mucha prisa. Sin embargo, cuando hace falta poner manos a la obra surgen las dificultades”, dice el empresario italiano.
Michele está enamorado de los paisajes del monte Rila y dedica su tiempo libre a un noble fin, cuidar burritos de los cuales sus dueños no pueden ocuparse. Con este fin con su pareja comenzaron a buscar animales por todo el país, con la idea de desarrollar un turismo relacionado con estos simpáticos animales siguiendo un modelo italiano.
“Hace unos 20 años los burros comenzaron a desaparecer en Italia, como sucede ahora en Bulgaria a causa de la implementación de las tecnologías agrícolas que sustituyeron a los burros. Sin embargo, en los últimos años en Italia cobró gran popularidad el llamado “turismo lento”, en medio de la naturaleza, en que toman parte los burros y ahora estos animales de nuevo están en boga”, cuenta Michele.
Los burritos de Madzhare toman parte en iniciativas educativas con los niños de las escuelas de Samokov y Sofía. Los menores llegan a la granja para conocer de cerca a los burritos y pasean con ellos por los bellos senderos del monte Rila. “Los niños están dispuestos a vivir esta aventura de una manera natural y salvaje, con la tienda de campaña, el fuego, el contacto con el animal, los cuidados para éste y la estancia en medio de la naturaleza: para ellos esto es una gran emoción”, continúa diciendo Michele. Además, los adultos y los pequeños participan con gran entusiasmo en los recorridos que tienen una duración de una hora a seis o nueve días.
Este verano la granja espera a un grupo italiano que llegará a la aldea con la ayuda de un socio del sector turístico de Italia. Michele y Oxana están trabajando sobre otros proyectos que están camino de convertir a Madzhare en un modelo a seguir en el ámbito del turismo ecológico.
Versión al español de Hristina Táseva
Fotos: archivo personal
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