Un año más es 2 de junio, día en que rendimos homenaje a los héroes, caídos por la libertad de Bulgaria. Este día se vuelve a escuchar el ulular de las sirenas, recordamos una vez más las canciones rebeldes y vamos a depositar flores y coronas de flores al pie de los monumentos a Botev y Levski, los dos héroes más conspicuos que ofrendaron sus vidas en aras de la libertad de Bulgaria.

¿No deberíamos,acaso, echar una mirada retrospectiva al pasado y escudriñar la historia nacional, que nos dice que justo el 2 de junio, en un combate librado contra el enemigo en la cordillera balcánica a la altura de Vratsa, perdió la vida el poeta y revolucionario búlgaro Jristo Botev? Botev muere asesinado por una bala enemiga para quedarse para siempre en aquel lugar de su muerte.

Acatando la tradición, hoy, 2 de junio, un gran número de grupos de búlgaros de ánimos patrióticos escalarán la cima de Okolchitsa - en la que muriera Botev- para colocar coronas y ramos de flores al pie del monumento al héroe, volverán asonar alocuciones colmadas de patetismo, serán evocadas escenas dramáticas de la historia.

Sin embargo, los búlgaros de esta Bulgaria libre e independiente, aún distamos mucho de los ideales del poeta por entre los cuales él ensalzaba, más que nada, la verdad. El ansia de conseguir esta verdad entrañable para Botev, cobra dimensiones aún más importantes hoy en día.

De ello están convencidos los autores de la serie de documentales La Bulgaria inolvidable en la que abordan asimismo un tema esquivado frecuentemente, a saber, el de la muerte del héroe. El autor es Iskren Krasimirov, director documentalista, quien con motivo del 2 de junio hace la presentación de su primer libro, titulado Asesinar a Botev: misterios, recuerdos, patrañas. La obra se ha puesto ya a la venta en el mercado de libros nacional. En ella, apoyándose en documentos y testimonios de testigos, contemporáneos de aquella época, Krasimirov acomete casi una investigación criminal. Pese a tratarse de un tema muy escabroso y doloroso, el autor opta por él por considerar que ahora, 146 años después de la muerte del revolucionario, los búlgaros le adeudamos la verdad. ”Por esto, por muy molestos y desagradables que puedan resultar los hechos, los habremos de reconocer. Resulta que a Botev le dieron muerte guerrilleros de su destacamento con nombres concretos, y no hay que echar a todo el pueblo la culpa por tamaña traición”, dice Iskren Krasimirov y agrega:

“Presento en el libro documentos inéditos y sensacionales y recuerdos sobre la muerte de Jristo Botev y creo que sí caben nuevas revelaciones relacionadas con la vida y la muerte de Jristo Botev. En el año 1926, el Prof. Boyán Penev escribió en la revista Zlatorog, (Cuerno de Oro), lo siguiente: ¿Estaremos tan alejado hoy de la verdad sobre quién asesinara a Botev, sólo 50 años después de su hazaña? Quien lea el libro acabará dándose cuenta de quienes precisamente fueron los culpables por la muerte de Botev. Es importante, incluso después de tantos años, conocer la verdad, la verdad que nos hará abrir los ojos y nos ayudará a que construyamos la Bulgaria con la que soñaran tanto Botev como Levski. No todos los historiadores propenden a esquivar el doloroso tema. Por ejemplo, el Prof. Plamen Mitev, autor del prólogo al libro, quien sostiene la tesis oficial, ha reconocido que mis indagaciones son tan oportunas como útiles. Pocas personas saben que se han llegado a formar tres comisiones oficiales que aseguran que Botev fue víctima de una bala enemiga bajo circunstancias no esclarecidas. Sin embargo, esta tesis está colmada de imprecisiones y despierta sospechas inmediatamente. Ahora existe un gran interés porque se descubra la verdad y es posible que en breve se forme una nueva comisión oficial, la cuarta, integrada por un círculo más amplio de miembros. Ellos irán analizando los hechos, porque es importante que, de una vez y para siempre, lleguemos a obtener la respuesta de ¿Quién asesinó a Botev? También espero que el próximo año, cuando conmemoraremos el sesquicentenario del ahorcamiento de Vasil Levski, podamos conocer asimismo la verdad sobre quién había traicionado al Apóstol de la Libertad búlgara”.

Los búlgaros debemos acordarnos todos los días de los ideales de Levski y Botev, y no hacerlo en una jornada única, dedicada a ello en especial, dice, además Iskren Krasimirov. Al igual que otros muchos búlgaros, Iskren no se trasladará en este día hábil al lugar en que muriera Botev, pero es capaz,en cambio, de hacer mucho más:

“Espero grandemente que la misión a que me he dedicado un día acabará rindiendo frutos. Me reúno frecuentemente con niños, les estoy enseñando el patriotismo valiéndome de los legados de Botev y Levski. Incluso, por mí parecido físico con Botev, los niños de las guarderías infantiles se creen que Botev ha resucitado y ha ido a verles. Hay que decir que, por lo demás, la esclavitud moderna la está sintiendo toda persona en carne propia. Este esclavitud es anónima pero nos hace dependientes y está trabando nuestro desarrollo. La historia, al parecer, se repite. Estuvimos en el pasado bajo el dominio otomano y ahora estamos sufriendo otro tipo de esclavitud. De manera que Botev estaría ahora en tajante desacuerdo con nuestra resignación y nuestro silencio. No hay que olvidar acariciaban un sueño: que en la Bulgaria libre todos vivieran en pie de igualdad, se profesaran mutuamente respeto y cariño cual hermanos y edificaran unidos la Bulgaria nueva”.

Cabe decir que allende las fronteras de Bulgaria también existen lugares a los que nuestros compatriotas expatriados acuden para rendir homenaje a Botev. Por ejemplo, en la provincia argentina del Chaco en los años 90 del siglo XX fue erigido un monumento al poeta revolucionario. En esta provincia reside la comunidad búlgara más populosa en la Argentina. Sus integrantes no dejan de respetar las tradiciones y la cultura búlgaras. A lo largo de los años el lugar en que se encuentra el busto de Botev ha ido afirmándose como un rincón de Bulgaria. Lo avala el letrero colocado a la entrada de este área conmemorativa, que reza ”Paseo de la República de Bulgaria”. Lo atestigua Asia Ivanova, presidenta de la Asociación Civil Los Búlgaros en Argentina.

Versión en español por Mijail Mijailov